La universidad de Delft  junto con MX3D acaba de presentar un prototipo de bicicleta, Arc Bicycle, impresa con un brazo mecánico. Una tecnología con la que pretende construir un puente de una sola pieza.

Las impresoras 3D nos sorprenden cada día con la creación de nuevos elementos, hemos visto surgir de éstas edificios, prótesis e incluso juguetes; esta vez le ha llegado el turno a la bicicleta.

No sorprende que la idea haya surgido en los Países Bajos, el reino europeo por antonomasia de las dos ruedas. Es allí donde se acaba de presentar un nuevo prototipo impreso bautizado como Arc Bicycle, ideado por un grupo de estudiantes de la Universidad de Delft junto con la empresa MX3D que la ha hecho realidad.

"Era importante para nosotros diseñar un objeto funcional que la gente use todos los días. Teniendo en cuenta nuestro origen, el crear una bicicleta se nos vino de forma natural a la mente", afirma uno de los creadores, Stef de Groot a Dezeen. "El cuadro de la bicicleta suponía además una buena prueba para la tecnología ya que hay envueltas fuerzas complejas”.

De este modo, el encargado de construir el cuadro de la bici -en acero inoxidable- ha sido un brazo robótico que lo ha ido creando capa por capa hasta conseguir un llamativo y resistente diseño en forma de red.

El resultado ha sido una espectacular bicicleta -la primera en construirse con este proceso- que posee las mismas características tanto en peso como en resistencia que cualquier otro modelo de acero estándar.

"La impresión 3D ha explotado en popularidad en la última década, pero para aquellos que quieran imprimir algún objeto mediano o a gran escala todavía hay limitaciones importantes en la tecnología", explica otro de los ideadores, Harry Anderson. "Este método de impresión en 3D hace que sea posible la producción  de objetos de metal de gran tamaño con casi total libertad".

De hecho, la construcción de Arc Bicycle ha servido para hacer una demostración de la tecnología con la que la compañía pretende construir un nuevo puente en Ámsterdam. La idea es imprimir un viaducto, de ocho metros, en una sola pieza e instalarla sobre un canal en la ciudad en 2017.