De hecho, hay una nueva “especie” de ciclista que cada vez es más frecuente. Los “mamil”. Este nombre responde a las siglas en ingles “middle-aged man in lycra”, es decir, hombre de mediana edad en lycra. Y por lycra nos referimos al tejido en el que están fabricados los maillots para ciclistas, no seas malpensado.

Pues estos “mamil” se olvidan de lo que pone su fecha en el carnet de identidad, se enfundan en sus bonitos maillots y se lanzan a la calle sobre la dos ruedas. Eso sí, los expertos recomiendan que a partir de los 40 años los ciclistas tengan en cuenta una serie de recomendaciones.

Para empezar hay que poner especial atención en los estiramientos. Todo ciclista, tenga la edad que tenga, sabe que antes de ponerse a pedalear –o a practicar cualquier deporte- los estiramientos son fundamentales para evitar calambres mientras practicamos nuestro deporte.

Pero a partir de los 40 los estiramientos son más importantes. El cuerpo no se comporta igual que con 20 años, así que estira cada músculo de tu cuerpo y no escatimes minutos en esta práctica. Mantendrás los músculos jóvenes, con buena flexibilidad y listos para pedalear.

Si notas que al realizar el ejercicio que has hecho habitualmente estás cansado o notas síntomas de fatiga, lo mejor es que rebajes el ritmo. Lo importante es que sepas mantenerte en una forma óptima para cada momento de tu vida. El cuerpo a partir de los 40 no requiere e, incluso a veces no puede, seguir el mismo ritmo que cuando eras un chavalín.

Bajar el ritmo no significa que perdamos nuestro tono, solo mantenemos el cuerpazo que ya hemos conseguido con todo nuestro esfuerzo anterior. Un mantenimiento sano lo puedes obtener con tres salidas a la semana de unos 20 minutos.

Si al pedalear más de la cuenta notas un intenso dolor es posible que se deba a un sobreesfuerzo y que puedas a llegar a sufrir un desgarro o una contractura. Ante situaciones como esta lo que debes hacer es acudir a tu médico o al especialista.

Solo ellos podrás hacerte las pruebas necesarias, que van desde un chequeo habitual hasta una prueba de esfuerzo. Con ellas podrás comprobar el estado de tu corazón, su aparato respiratorio y tu tensión mientras haces ejercicio.

Para llevar este control sobre nuestro corazón, te recomendamos llevar un pulsómetro mientras montas en bici que te ayudará a tener un seguimiento de tus pulsaciones sobre las dos ruedas.

A medida que cumplimos años nuestra capacidad homeostática disminuye y es posible que no regulemos eficientemente los niveles de líquidos y electrolitos en el cuerpo. Esto se traduce en una deshidratación, así que recuerda llevar siempre uno o dos botellines de agua en tu bici.