Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), esta enfermedad afecta a 415 millones de personas en todo el mundo y estima que en 2040 aumentará hasta 642 millones de pacientes.

Sin embargo, todavía más pesimista es el análisis de la universidad australiana de Monash, publicado en la revista Nature, que asegura que los diabéticos que hay actualmente en el mundo son 520 millones.

Pese a los datos, la diabetes tipo 2, aquella que surge en la edad adulta, se puede prevenir con un estilo de vida activo y sano. Así, un amplio estudio danés, publicado en la revista Plos Medicine ha demostrado que un simple gesto cotidiano como moverse en bicicleta puede ayudar a prevenir la diabetes.

El estudio surge después de que los investigadores de la universidad danesa de Syddansk estudiaran a 25.000 hombres y 28.000 mujeres de entre 50 y  65 años, recogiendo información sobre su salud, estilo de vida, alimentación, actividad física…

El resultado fue claro: pedalear reduce el riesgo de diabetes y cuanto más se hace, más se aleja la enfermedad. Para llegar a esta conclusión, los científicos contactaron con los participantes cinco años después de haberles estudiado para reevaluar sus hábitos de ciclismo.

Así, detectaron que las personas que montaron en bici habitualmente durante este periodo tenían un 20% menos de riesgo de diabetes tipo 2 que los no ciclistas.

Sus beneficios surgen además a pesar de conductas de riesgo para la enfermedad como la alimentación o los problemas de peso.

“Como el ciclismo puede incluirse en las actividades cotidianas, puede ser atractivo para una gran parte de la población. Esto incluye a personas que por falta de tiempo, no pueden participar en actividades físicas”, afirma el director del estudio, Martin Rasmussen.

Los beneficios se comprobaron incluso aunque se empezara tarde con la actividad, después de los 50.

“Nos parece especialmente interesante que los que comenzaron el ciclismo tenían menor riesgo de diabetes tipo 2, dado que la población de estudio eran hombres y mujeres de edad media y avanzada. Esto pone de relieve que, incluso al entrar en la edad avanzada, nunca es demasiado tarde para montar en bici con el fin de reducir el riesgo de una de las enfermedades crónicas”, señala Rasmussen.

Y es que, no podemos olvidar que la bici activa el 70% de nuestra masa muscular. Así, si comparamos el caminar con pedalear, los beneficios de la bicicleta son algo mayores debido a que se produce una mayor intensidad en el esfuerzo.

De hecho, un ejemplo sonado de los beneficios que la bicicleta tiene sobre aquellos que sufren diabetes fue el de Jon Karro, que en 2003 entró en coma diabético, llegando a perder hasta 15 kg en una semana.

Los médicos les advirtieron de que la enfermedad podría incluso dejarle ciego. Aquello conmocionó de tal modo al joven que decidió sumergirse en el triatlón, convirtiéndose en el primer diabético que pedaleó 24 horas seguidas.

Su hazaña lo llevó a lanzar un corto documental titulado ‘Por y para la diabetes tipo 1’, que puedes ver en el siguiente vídeo: