1.- Los primeros 2.000 o 3.000 kilómetros hay que hacerlos a plato pequeño

Uno de los mitos más antiguos dentro de la preparación ciclista. A los fieles seguidores de esta práctica se les reconoce fácilmente. En ocasiones parecen un molinillo dando botes encima del sillín con la cadena de la bicicleta totalmente cruzada.

Hoy en día con la aparición de los platos Compact se puede llevar un desarrollo que te permite ir con agilidad en muchos terrenos y con plato grande. Una cadencia recomendable entre 60 y 80 pedaladas subiendo y entre 90/100 llaneando.

2.- Al día siguiente de una competición, aunque sea agosto, salir de largo para sudar

Así lo único que conseguirás es perder agua y sales minerales. Algunos van más allá y se ponen una faja de plástico para sudar. Ni se te ocurra.
De lo que se trata es de salir a rodar para reactivar el sistema cardiovascular, especialmente a nivel de tronco inferior, y así poder eliminar los productos de desecho derivados de los esfuerzos intensos del día anterior.

3.- El éxito está en hacer cuantos más kilómetros mejor

Una buena forma de conseguir que terminen conociéndote como “El Lute”, ya que “caminarás o reventarás”. El éxito de un plan de entrenamiento no se basa en el volumen o número de kilómetros que se hacen, sino cómo se hacen. Hay muchos momentos que hay que priorizar la intensidad y los kilómetros son algo secundario.

4.- Hacer el mismo kilometraje que tiene la marcha para la que estás preparándote

Algo completamente innecesario. Para preparar con garantías una prueba es suficiente realizar el 80% de su distancia a recorrer o el tiempo a emplear. El fondo específico que se necesita para conseguir el reto, deberás alcanzarlo de forma progresiva.

5.- Calambres y plátanos

Algunos se ponen morados de plátanos pensando que ahí terminarán sus males y dejarán de sufrir los temidos calambres y en especial cuando participan en cualquier competición o en marchas cicloturistas.

No sólo el potasio interviene en las contracciones musculares, sino el magnesio, sodio, calcio. Utiliza el plátano, mejor si está maduro, como avituallamiento en ruta y aporte nutricional cuando finalizas un entrenamiento o competición. Contiene más carbohidratos que otras frutas, es rico en agua y potasio.

6.- Estoy cansado: necesito vitaminas

Algo muy común y sobre todo a partir de cierta edad. El cuerpo humano, así como el organismo en su conjunto, envejece. Aunque por lo visto lo debe hacer a distinta velocidad que nuestro cerebro o nuestros pensamientos.

En muchas ocasiones no nos damos cuenta que debemos adaptar nuestros entrenamientos a nuestras actividades socio-familiares y laborales, edad, sexo, etc. No olvides que el descanso es parte del entrenamiento. Sin él no hay evolución. Además hay minerales que no se eliminan, como el hierro, y puede ocasionar problemas de salud si tus depósitos están llenos.