Aumenta el rendimiento, previene lesiones y las recuperaciones son más rápidas; los beneficios de la ozonoterapia refuerzan su elección como el complemento perfecto para un deportista. Tomado a través de diferentes vías, el ozono se revela como un tratamiento potenciador de nuestra fuerza, siendo más inocuo que la farmacología y sin efectos adversos.

“La ozonoterapia es la penetración de ozono en el organismo que se convierte en oxígeno, con lo que le estamos dando un aporte muy grande de oxigenación, y tiene múltiples beneficios como el aumento del rendimiento en los tejidos, incluido el cerebral, el muscular… también actúa como antiinflamatorio, calmante del dolor y además es bactericida”, afirma Teresa Lleras, directora de formación de la Clínica Cincos.

Las ventajas de su uso para el deportista son tantas que futbolistas y tenistas, por ejemplo, recurren a esta técnica, siendo recomendable para todo tipo de deportes y no solo los de resistencia.

Cristiano Ronaldo usó este tratamiento mediante infiltraciones para curarse una lesión en la rótula, pues “al penetrar en el organismo entra como oxígeno y el oxígeno no es perjudicial para el organismo, solo hay que tener cuidado porque es oxidativo si se toma en cantidades ingentes, con lo que no hay que tomarlo directamente, pero no afecta a los órganos ni tiene contraindicaciones como tienen muchas otras medicaciones como los antiinflamatorios”, asegura la experta.

Dependiendo de la cantidad y el método de administración, puede ser considerado doping. La autohemoterapia en el ciclismo, es decir, la extracción de sangre y consiguiente inyección de ozono para volver a meter en el organismo ya oxigenada, es una práctica prohibida. Sin embargo existen los baños de ozonoterapia o las infiltraciones que son usados con regularidad por los deportistas más exigentes.

Dependiendo del tratamiento se elegirá una opción u otra, si el dolor es articular se pincha directamente en la zona de la lesión o articulación, si queremos oxigenarnos desde dentro usaremos agua ozonizada ingerida, explica la especialista.

El ozono ya se usaba durante la Primera Guerra Mundial como desinfectante, es un tratamiento muy antiguo que hoy permite que las recuperaciones sean más cortas y se reparen las lesiones musculares.

“Aumenta la resistencia y el rendimiento porque el músculo para trabajar necesita oxigenación y al llegarle más mejor trabaja, además, al tener efecto antiinflamatorio y calmante el dolor por exceso de trabajo llega más tarde, la zona lesionada es calmada y cuando tenemos dolor y aparecen contracturas al haber aporte de oxígeno paramos la degradación del tejido y mejoramos la circulación sanguínea”.

Mejora pues la vascularización y en zonas herniadas se infiltra directamente ozono en la zona, usándose como sistema para paralizar el dolor y para regenerar los tejidos.

Para preparar el cuerpo y prevenirlo de futuras lesiones se recomiendan baños en cápsulas que simulan una estancia a más de 2.000 metros de altura y una presión de oxígeno a esas altitudes. Un tratamiento cero invasivo que coge fuerza gracias a su poder antioxidante, regenerativo y antiséptico.