Resulta curioso pensar en cómo nos esforzamos por tener un abdomen plano, presumir de six-pack, tonificarnos, muscularnos, etc., mientras dejamos de lado partes de nuestro cuerpo que, cuidado ahí, nos están ayudando a cumplir todo esos objetivos.

¿Te imaginas realizar todos esos ejercicios sin que tus manos pudieran soportar ese peso? Ajá. ¿Y cómo lo hacen? Pues con la ayuda de nuestros amigos los nudillos. Para los que no sepan muy bien qué son, decir que los nudillos, en líneas generales, son la parte exterior de cada unión de los huesos que forman los dedos. Y son especialmente importantes cuando estos están doblados. Los nudillos serían a la carpintería unas bisagras. Y si no están bien engrasadas y funcionan correctamente, difícilmente podrán cumplir con su función.

¿Por qué no nos acordamos de ellos?

Realmente no es culpa tuya. Los humanos, aunque descendemos del chimpancé, hace tiempo que dejamos de utilizar la locomoción cuadrúpeda de estos. Para ser exactos, en el esqueleto del Ardipithecus, de 4,4 millones de antigüedad, ya no se observa ningún vestigio en la mano del llamado knuckle-walking o andar con los nudillos. Así que tranquilo, no te fustigues.

Ejercitarlos es fácil si sabes cómo

Lo mejor de poner en forma tus nudillos es que no duele. Quizás los notes más que antes, pero no te enfrentarás a temibles agujetas ni sudarás tinta china para darles un poco de vidilla. A continuación, cinco métodos con los que tus nudillos querrán darte las gracias por haberles devuelto a la vida:

Hacer flexiones sobre los nudillos

Deja ya de apoyar la palma de las manos y utiliza los nudillos. Al principio te resultará algo incómodo por lo que será mejor que hagas las flexiones sobre una superficie blanda. Una esterilla podría valer. Cualquier material que no te haga daño y que no escurra será tu mejor aliado. Con el tiempo, y si quieres, puedes retomar las flexiones en el suelo. Ahora su dureza ya no será tanta para tus nudillos.

Cuando estés empezando, lo mejor es que te supervise un monitor para asegurarse de que lo estás haciendo correctamente. Lo último que queremos es que te los lastimes.

El saco de boxeo, tu nuevo mejor amigo

Golpear el saco es el ejercicio más eficaz de todos. Sin embargo, debes asegurarte de que proteges tus nudillos adecuadamente con las vendas de velcro que venden para tal efecto. Después, y sin guantes, golpéalo un par de minutos. No más. Solo con el tiempo podrás subir la intensidad y el tiempo.

La razón por la que no debemos usar guantes si queremos fortalecer los nudillos es que así aumenta la presión sobre los huesos de nuestra mano y estos se hacen más fuertes. Sin embargo, nunca debes practicar este ejercicio sin la supervisión de un profesional que te indicará cómo y dónde golpear y se asegurará de que las vendas están puestas correctamente.

Pegarle a tu pareja con guantes no vale. Lo siento.
Pegarle a tu pareja con guantes no vale. Lo siento. | Pexels

Apretar una pelota de goma con la mano

Debe ser una que sea del tamaño de tu mano y que pueda cambiar de tamaño. Una anti estrés puede valer perfectamente. Lo que debes hacer es cerrar tu mano todo lo que puedas y después abrirla. El truco está en hacer toda la presión que puedas y luego abrir lentamente. Las prisas, en esta ocasión, no son nada buenas.

Hazte con una pinza de entrenamiento

Lo que debes hacer es llevar los dedos hacia la palma de tu mano y apretar hasta que los dos mangos de la pinza se toquen. Este ejercicio requiere algo más de fuerza que el de la pelota. Es mejor que empieces con el anterior y después pases a este.

Hacer tiras una revista

¿Ya has terminado de leerla y la vas a llevar al buzón del reciclaje? Otro ejercicio muy fácil de llevar a cabo es el de hacer pedazos la revista. Como lo lees. Ve rompiéndola de arriba a abajo, rasgando sus hojas. Piensa que es un movimiento en el que abres y cierras la mano ejercitando así los nudillos. Y si te ha dejado la pareja, pues podrás canalizar tu ira hacia la revista. ¡Todo son ventajas!

Cuidado con pasarte de la raya

Los nudillos son extremadamente frágiles (y más cuando no los has ejercitado nunca). Debes empezar con ejercicios suaves y con pocas repeticiones. Con el tiempo, ve subiendo la intensidad, pero mantente alerta. ¡Ellos lo harían por ti!