Atención lector: si eres de los que se machaca en el gimnasio varias horas al día y varios días a la semana para conseguir músculos definidos, o si no engordas ni intentándolo, bienvenidos.

Pero si coincide que eres como la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas españoles (es decir: te has pasado media vida entre tintos de verano, cervezas, espetos, paellas y cocidos), este artículo va a despejar de una vez por todas tus dudas sobre salud, mundo plus size y gordofobia. ¿Las curvas son sinónimo de mala salud? No necesariamente, no siempre y no es blanco o negro.

Hace algunos años, el movimiento “body positive” empezó reivindicando la belleza de modelos femeninas plus size, como Ashley Graham -que el pasado mayo protagonizaba un videoclip para el grupo DNCE-, Jennie Runk, Carina Behrens o Chelsea Miller, una de las exuberantes mujeres retratadas en el fotoproyecto Curves, de Victoria Janashvili.

De ahí se dio paso a la saludable reivindicación de la “body diversidad”: sin estereotipos. Poco a poco, las agencias y firmas de moda también están sacando del armario a los grandes hombres que no encajan en las tallas marcadas por los cánones establecidos. Ahí tenemos a Zach Miko triunfando en la agencia IMG de Nueva York, a Robert Somerset o a Ben Wit y sus compañeros XXL, de la agencia británica Bridge.

Los chicos plus size tienen un problema con la altura de las duchas

Obesidad metabólicamente sana

Para los “cuñados” que juzgan el sobrepeso de los demás, preocupándose por su salud como si fueran su médico… existe el término “obesidad metabólicamente sana”, que explica cómo a pesar de que una persona tenga sobrepeso puede al mismo tiempo obtener análisis clínicos perfectos: ni colesterol, ni problemas de tensión, ni triglicéridos ni nada.

¿Dónde estaría el problema entonces? En que solo una de cada 10 personas con sobrepeso entra en ese subgrupo de los “metabólicamente sanos”. Y además no es fácil mantenerse dentro de esos niveles, con el riesgo de pasar a ser “metabólicamente insano” en el plazo de cinco años.

Además, según un reciente estudio danés, las personas con sobrepeso y metabólicamente sanas tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades coronarias. Es cierto que la incidencia es baja -respecto a las personas no obesas-, pero los científicos señalan que el riesgo de cardiopatía isquémica está ahí.

"La gente tiene la percepción general de que padecer sobrepeso u obesidad no representa riesgo mientras su estilo de vida sea relativamente saludable. Pero el hecho es que el sobrepeso y la obesidad se asocian con un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Por tanto, mantener un peso saludable a lo largo de la vida es importante para reducir ese riesgo”, explica la doctora Kristine Faerch, coautora del estudio.

Por todo ello, el escenario ideal sería seguir una dieta sana con apoyo profesional, cirugía bariátrica si hace falta, ejercicio adaptado a las necesidades de cada uno y revisión periódica de salud para descartar las patologías asociadas a la obesidad. Pero eso una persona con sobrepeso ya lo sabe. Y es totalmente innecesario que llegue alguien sin titulación a recordárselo.