No por mucho madrugar, amanece más temprano. Y no por mucho entrenar, se consiguen los retos que nos habíamos propuesto al empezar con nuestra rutina fitness. “No lo entiendo. Como sano, hago ejercicio, pero no pierdo ni un solo kilo” (por poner un ejemplo). Una frase que seguramente habrás dicho u oído en alguna que otra ocasión. ¿Por qué curioso fenómeno de la naturaleza pasa esto? ¿Será un caso paranormal al que debería enfrentarse Iker Jiménez?

Para nada, queridos amigos de la vida sana. En la viña de lo fitness, hay de todo y para todos. De ahí que, muchas veces, nos cueste encontrar cuáles son las rutinas de entrenamiento y alimentación qué mejor le van a nuestro cuerpo. Por eso, y porque no queremos que te veas en las mismas el año que viene, te dejamos un listado de puntos que, a lo mejor, te convendría revisar para ver si los estás haciendo bien, mal o regular.

Tus metas son poco realistas

No es broma. Muchas veces nos marcamos objetivos que, simplemente, están por encima de nuestras posibilidades en ese momento. Es como la gente que quiere prepararse un maratón en menos de un mes sin haberse puesto unas zapatillas de correr en su vida. ¿Lo ves factible? Ya decía yo.

Para marcarnos unos objetivos, lo primero que debemos hacer es conocer nuestra forma física y, muy importante, ir variándolos si hace falta. Puede que tu cuerpo esté reaccionando muy bien al entrenamiento y puedas ir un paso más allá o, por el contrario, necesites pisar un poco el freno para ir sobre seguro. Las prisas no son buenas en el deporte. Además, forzar nuestro cuerpo solo tiene consecuencias negativas para nuestra salud.

Has imitado el entrenamiento de otra persona

Lo de copiarse los unos a otros en los exámenes es cosa del pasado, amigos. Si realmente quieres que los ejercicios o deportes que practiques te ayuden a moldear tu figura y fortalecer tu cuerpo, deberías encontrar la rutina de ejercicios que mejor se adapte a ti. No lo hagas al revés.

No comes todo lo que deberías

Y no nos referimos a cantidad, sino a calidad. ¿Has desterrado de tu dieta algún alimento esencial? Suele pasar que muchas personas destierran para siempre algunos alimentos porque creen que son perjudiciales para su entrenamiento y su salud. Ojito con esto porque una dieta equilibrada es necesaria para que tu organismo reciba la mayor cantidad de nutrientes posible. La clave de una buena alimentación es comer de todo en su justa medida.

Haces deporte pero no llevas una alimentación equilibrada (y viceversa)

¿Te acuerdas de Pimpinela? Pues el deporte y la buena alimentación no pueden existir el uno sin el otro, en lo que a resultados fitness se refiere, claro está. Si comes mal y haces deporte, malo. Si comes sano, pero no te mueves, también malo. En el equilibrio está el éxito.

Te saltas comidas

Otro clásico. Que sí, que tienes mucha prisa y desayunar te viene fatal, pero peor le sienta a tu organismo que luego no puede seguir el ritmo de tu entrenamiento.

Comes demasiado deprisa

Ahora ya no es tanto el no comer sino el cómo comes. Intenta que tus pausas para alimentarte sean de mínimo una hora. El problema de no ingerir los alimentos pausadamente es que nos enfrentamos después a una digestión muy pesada y esto hace que la grasa se vaya acumulando en el organismo.

No bebes agua

¿Te parece una tontería? Este maravilloso líquido nos ayuda a eliminar toxinas y mantiene nuestro organismo hidratado para que puedes sudar la gota gorda.

No descansas lo necesario

Alternar temporadas de mayor actividad física con otras de menor intensidad puede mejorar tu rendimiento. La clave está en que a veces tu cuerpo necesita un respiro. Además, dormir ocho horas al día es fundamental si luego queremos que nuestro cuerpo responda como debe al esfuerzo físico.

En resumen, no desesperes si este año no has podido alcanzar tus metas. Revisa bien tu plan alimenticio y fitness y trata de mejorarlo para el año que viene. Y no desesperes que todo llega.