Con el fin de las vacaciones llega la ansiedad, el mal humor, episodios de insomnio... son síntomas habituales del síndrome postvacacional, consecuencias psicológicas y físicas que pueden evitarse haciendo un esfuerzo por mantener un buen equilibrio emocional.

"Tener una actitud positiva ante el trabajo y su necesidad es una buena fórmula. También lo es no querer abarcar todo el primero día, así como es importante saber delegar en compañeros algunas tareas hasta que podamos centrarnos adecuadamente. Otra medida es mantener el ocio tras la salida del trabajo y planificar con ilusión los fines de semana", explica Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid y directora de Clínica Sommos Desarrollo Personal.

Tras un mes de desconexión laboral, de descanso del estrés diario, un 45% de la población sufre las consecuencias de volver a la rutina. No se trata de una enfermedad, sino de "un síndrome que hace referencia a presentar síntomas emocionales o comportamentales en respuesta a un factor estresante identificable dentro de los tres meses siguientes a su aparición, de manera previa a un trastorno depresivo o trastorno de ansiedad", apunta la especialista, que advierte de que si los síntomas se alargan más allá de los tres meses sería necesario consultarlo con un experto.

Lo habitual es que el malestar o ansiedad apenas duren unos días, el tiempo necesario para adaptarnos de nuevo a las obligaciones del día a día. Algunas de las manifestaciones que dejar entrever este síndrome son disminución del rendimiento, palpitaciones, sudoración, cambios de humor, trastornos de alimentación y de sueño, así como desarrollar falta de concentración y productividad.

Son pequeños problemas, que pueden complicarse en algunos casos, pero para los que existen medidas para prevenirse o suavizarse. La experta nos da las claves para disminuir la magnitud del estrés postvacacional:

- Levantarse pronto unos días antes de reincorporarse, de esta manera es más fácil la vuelta al día a día, ya que nos vamos adaptando con anterioridad a los horarios habituales.

- Volver de vacaciones unos días antes para aclimatarse de forma paulatina.

- Seguir hábitos de vida saludables, como comer equilibradamente y hacer ejercicio

- Dormir las horas necesarias.

- Practicar meditación

Si unimos estás buenas prácticas a ser conscientes de la suerte de tener un trabajo al que incorporarse seguro que sabremos esquivar el síndrome postvacacional.