Con el nuevo año nos llenamos de buenas intenciones, siendo una de las más comunes transformar por completo nuestro cuerpo. Pero lo cierto es que un gran porcentaje de los que se apuntan a esta iniciativa se queda a medias y acaba retrasándose el objetivo, arrancando de nuevo con la operación bikini allá por marzo, abril... No os hagáis ilusiones, es probable que para entonces sea demasiado tarde.

“Lo que no tiene sentido es llevarnos las manos a la cabeza en mayo, porque por mucho que aprietes, a menos q tomes pastillas milagrosas o tengas una genética envidiable... no llegas ni de broma. Así que la operación bikini o la empiezas en septiembre o la empiezas en enero si tu objetivo es un cambio físico que no dañe tu salud”, explica Marta Rosado, coach y entrenadora personal con método propio.

Los cambios en cortos espacios de tiempo ni son sanos ni efectivos, así que es necesario ser realista, como apunta la coach, porque no todo el mundo puede acortar la transformación en un mes entrenando 24 horas al día como hacen las estrellas de Hollywood.

Por su experiencia y con su entrenamiento, Rosado calcula el tiempo real que nuestro cuerpo requiere para empezar a notar que el ejercicio empieza a dar sus frutos. “En dos semanas ya notas que tus músculos te saludan, en un mes tú te lo notas de verdad, en dos la ropa habla por ti, en tres empieza a ser evidente, en cuatro te preguntan, en cinco ya te empiezas a venir arriba total, en seis ves las fotos del antes y del después y no hay nada más que decir, es entonces cuando muscularmente estás definido y marcando abs, hombro, bíceps, tríceps, dorsal, piernas y culito”, asegura, confirmando que solo con constancia, una rutina diaria y con unos objetivos fijados y claros se obra el milagro. A veces la transformación total de un cuerpo puede durar todo un año.

Para arrancar la operación y estrenar cuerpo nuevo, debemos partir de unos mínimos cómo pueden ser dedicar dos o tres días a la semana de ejercicios de fuerza y cambiar pequeños hábitos, recomienda la entrenadora, “subir escaleras siempre vayamos donde vayamos, no coger coche y caminar a paso rápido...además fijar una mini rutina de 15 minutos o por la mañana o por la tarde. Eso como mínimo cada día”.

Empezar pronto es clave para llegar a tiempo, aunque no todos los cuerpos responden igual. Conocerse uno mismo y compartir con un profesional los retos impuestos, pueden ayudarnos a tener clara la hoja de ruta.

Y mientras tanto, nunca está de más realizar deportes que nos diviertan combinados con ejercicios básicos como sentadillas, flexiones o dominadas. Moverse en esencial, trabajar y ser responsables también, todo sea por visitar la playa en junio sin miedo a mostrarnos en bikini.