Seguro que alguna vez te has levantado con dolor un dolor de mandíbula como si te hubieses estado comiendo un dinosaurio por la noche. Tener esta sensación, puntualmente, puede que a corto plazo no tenga consecuencias notables, pero si esta situación se repite reiteradamente, tu cuerpo lo va a notar.

El apretar los dientes unos contra otras o rechinarlos, ya sea de noche como de día, se llama bruxismo. Mientras que hay unos que lo padecen y lo reconocen debido a los dolores que sufren, otros ni saben que lo tienen.

De hecho, algunos datos que se han dado los últimos años reflejan que entre el 70% y el 90% de las personas padecen bruxismo. Además, aunque este síntoma se da con más frecuencia en los adultos (35-40 años), un 10% de los niños, en concreto entre 4 y 6 años, lo padece, según datos del Estudio Sanitas de Salud Bucodental 2016.

Consecuencias y soluciones

El bruxismo, además de afectar a las articulaciones maximilares, también daña los propios dientes, produce dolores de cabeza y dolor de cervicales. Este dolor de cuello se da debido a una sobrecarga de tensión al apretar los dientes reiteradamente. Sería como si después de trabajar bíceps durante una sesión de gimnasio tuvieses agujetas, pero en este caso sobre los músculos que facilitan la masticación.

De hecho, puedes probarlo tú mismo. Si aprietas los dientes con fuerza, podrás notar el efecto que tiene sobre el cuello. Esto se debe principalmente largas temporadas de estrés, pero también a un mal posicionamiento de los dientes o de la postura al dormir.

La solución principal para el bruxismo es la aplicación de una férula de descarga, un molde que elabora tu dentista con la medida de tus dientes, para que “amortigüe la fuerza para que los dientes no choquen entre sí, lo que hace que la musculatura se relaje”, explica el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región (COEM).

Hay que tener en cuenta que la férula va a ser una ayuda, pero la solución del problema si es por estrés va a haber que atajarlo desde la raíz, es decir, reduciendo el nivel de estrés y aplicando medidas de relajación en nuestra rutina.

Un fisioterapeuta te podrá indicar qué ejercicios puedes hacer para relajar la mandíbula, pero uno muy sencillo que podemos hacer a cualquier hora del día es el siguiente: lo único que tiene que hacer es pensar en relajar tu mandíbula haciéndola caer. Puedes abrir la boca, de hecho es un signo de que lo estás haciendo bien, e incluso se te puede caer la babilla de lo relajado que estás.

Recomendaciones del COEM

1.- Si notas dolor de cabeza al despertar, dolores en la mandíbula y en los oídos, pregunta a tu dentista, puedes padecer bruxismo

2.- El dentista es el especialista que puede tratar el bruxismo teniendo en cuenta la salud integral de tu boca

3.- Si padeces bruxismo, una férula de descarga puede ayudarte. Asegúrate de que su realización, uso y adaptación esté siempre supervisada por un dentista

4.- Desconfía de los precios excesivamente bajos porque pueden esconder baja calidad en los materiales empleados o en la asistencia recibida

5.- Visita a tu dentista cada seis meses, el diagnóstico precoz es fundamental para evitar problemas más graves como el desgaste irreversible tanto de los dientes como de la musculatura o la articulación.

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