Los horarios laborales, la inestabilidad económica o los problemas personales, todo ello rehogado por la vida multitarea que no ayuda demasiado a llevar una vida relajada, han hecho de nosotros una bomba de relojería que puede acabar estallando en una situación de agobio extremo, a no ser que aprendamos a controlarlo.

Los expertos insisten en es fundamental detectar nuestro foco de estrés para poder aplacar sus terribles efectos que dañan nuestra convivencia y poco a poco nuestra salud. Mientras lo encuentras, practicar ejercicios de respiración y aprender a contar mínimo hasta 10 antes de soltar algo inadecuado te pueden resultar de lo más útil para controlarte ante un pico de ira derivado de una situación estresante. Y si además añades alguno de estos sencillos hábitos a tu día a día, tendrás el problema controlado.

1. Organízate: sigue una lista de quehaceres

Contar con un listado de tareas asumible –no te vengas arriba o aumentarás el problema– no sólo te ayudará a reducir la tensión y el agobio, además servirá para mantenerte centrado en cada uno de los quehaceres que realices distrayendo tu atención de esos focos de estrés que te ponen a mil.

2. Con el dinero hemos topado: hazte un presupuesto

Triste pero cierto, los expertos consideran que el dinero es uno de los factores más estresantes en nuestro día a día. Igual que organizar tus tareas pendientes te ayuda a acabarlas a tiempo y llegar en plazo a todas y cada una de ellas, establecer un presupuesto de gastos donde aparezcan sí o sí los fijos, haya cabida para algún que otro imprevisto y dejes una pequeña cantidad para gastos personales que puedan surgir, notarás como tus agobios económicos se van disipando poco a poco ¡y encima ahorras dinero!

Libras esterlinas

3. Comer y beber con cuidado

Los excesos nunca son los mejores aliados para nuestra salud así que imagínate cómo reacciona tu estresado cuerpo cuando le das de comer ingentes cantidades de alimentos ultracalóricos y grasas saturadas y acompañas tu penosa dieta de cantidades inapropiadas de alcohol. Procurar comer raciones adecuadas y mantener una dieta equilibrada en la que no falten los cereales integrales, las carnes magras y las cinco piezas diarias de frutas y verduras frescas, puede ayudarte a controlar los niveles de estrés y mejorar tu tránsito intestinal. ¡No dejes que los agobios se acumulen en tu vientre y abdomen!

4. Ríete

Los beneficios de una buena ronda de carcajadas son increíbles para nuestra salud mental, corporal y emocional. Una de las mejores formas de comunicación que nos ayuda a relajarnos y abstraernos de los pensamientos negativos. Además, enfrentarnos a los problemas cotidianos a través de la risa nos hará cada vez más fuertes ante las adversidades. Ríete del estrés y pásalo en grande.

5. Cántate un tema

Es una de las mejores formas de descargar, relajarte y poner tu foco de atención en la canción que entonas, exactamente igual si los haces como los ángeles o desafinas a lo loco. Como explicaba la psicóloga Karin Lawson en un interesante artículo en Psych Central, “cantar hace que respiremos profundamente y ayuda a reducir la intensidad de la situación que nos está molestando”.

Por otra parte, como se suele decir la música amansa a las fieras. Si estás buscando la BSO ideal para tu día a día deberías tener en cuenta que muchos los estudios han demostrado que quienes escuchan sonidos relajantes como sonidos de la naturaleza o música clásica reducen la presión arterial, una de las principales causas relacionadas con el estrés.

Lo hagas bien o mal, cantar desahoga de lo lindo

6. Disfruta de la siesta

Los problemas de sueño afectan directamente a nuestros niveles de estrés, y si no nos preocupamos de disfrutar de un descanso reparador, mal vamos. Vale, vale. No sueles tener tiempo para recostarte unos minutos después de comer.

Pero si consigues sacar un rato al menos un día a la semana mejorará tu salud mental y física. Así lo demostró un estudio según el cual los participantes que dormían siesta después de una noche de insomnio disminuyeron los niveles de la hormona relacionada con el estrés, el cortisol, en mucha mayor medida que aquellos incapaces de tomarse un tiempo de merecido descanso.

7. Practica ejercicio a diario

Realizar ejercicio regularmente mejora tu salud cardiovascular y aumenta los niveles de endorfinas, hormonas responsables de hacer llegar al cerebro la señal de que nos sentimos bien. Por lo que te sentirás bastante más feliz y mucho menos angustiado.

A poco que hagas, lo notarás en tus niveles de estrés: te sentirás mucho más fuerte, enérgico y además ayudarás a que tu frecuencia cardíaca y niveles de oxígeno se estabilicen mucho más rápido que si mantienen como actividad de ocio preferida tumbarte a la bartola.