Lo de salir a correr, ir al gimnasio o apuntarte a alguna actividad deportiva se te hace muy complicado con tus terribles horarios laborales, lo sabemos. Pasas más horas ahí sentado de las que te gustaría y no sabes cómo hacer para ejercitar tu cuerpo y dejar de estar blandito, además de que por mucha dieta estricta que sigas no bajas ni un gramo.

Hay solución: puedes hacer ejercicio sin salir de la oficina. Y no, no requieren que te pongas a hacer sentadillas junto a tu silla. Es más, nadie va a darse cuenta de que estás en plena sesión de fitness.

1. Estira. De acuerdo, no ayuda a perder peso, pero sí a mantener tus músculos y articulaciones sanos y en forma. Alivia de vez en cuando tus manos, muñecas y tendones con una simple pelota antiestrés, tus rodillas descruzando las piernas y estirándolas o levantándote del asiento, y mantén tu espalda siempre en una postura correcta. Estarás en forma para que el resto de ejercicios te ayuden de verdad a adelgazar durante tus horas de trabajo.

2. Haz abdominales sin levantarte del asiento. Está claro que sacar la esterilla en medio del pasillo y ponerte a hacer flexiones y ejercicios no es ni lo mejor visto ni lo más sencillo de hacer en una oficina. Pero seguro que si te pones recto en tu silla, colocas las palmas de las manos sobre el filo del asiento y elevas el culo y el peso del cuerpo unos cuantos centímetros manteniendo las rodillas dobladas y levantándolas también (no ayudándote de ellas), nadie se dará ni cuenta de que, en realidad, estás ejercitando tus abdominales.

3. Cambia tu silla por una pelota de yoga. No todo el mundo puede permitirse dar el cante en el trabajo y sentarse donde le parezca oportuno, pero si por algún casual puedes, la fisioterapeuta Heather Milton aconseja en Glamour que nos hagamos con un gran fitball como asiento laboral. Además de obligarnos a mantenernos en equilibrio y rectos, esta postura es genial para ejercitar la espalda y evitar el sedentarismo porque nos obliga a estar en movimiento constante, explica la experta, quien también recomienda tener a mano una silla ergonómica para hacer el cambiazo cuando nuestros abdominales no puedan más.

Entrenamiento con fitball

4. Utiliza un reposapiés giratorio. Uno convencional es ideal para estar en una postura correcta, con la espalda recta y evitando cruzar las piernas (¡ese gesto es fatal para tu circulación y llama a gritos a la temida celulitis para que se haga fuerte en tus muslos!), pero si además te haces con uno que se incline, gire y deslice, mantendrás tus músculos en movimiento y activarás tu metabolismo, lo que se traduce en quemar grasas.

5. Aprieta los glúteos siempre que puedas. Ya sea mientras estés atendiendo una llamada, redactando un informe o durante una reunión de equipo, aprovecha para apretar el culo y mantener los músculos en tensión durante unos 15 segundos. ¡Nadie se dará cuenta y al poco lucirás un trasero de película!

6. Unos pocos minutos para caminar. “Cuanto más tiempo pases sentado, además de aumentar de peso, más se incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o metabólicas”, explica Milton. Según un reciente estudio, un simple paseo de 5 minutos cada hora para ir a por agua, al servicio o hasta la impresora, nos ayudarán a y mantenernos más sanos y a tener nuestros músculos y huesos en buena forma. O lo que es lo mismo, a medio y largo plazo: a adelgazar.

7. Ponte una báscula debajo de la mesa. Si piensas tomártelo realmente en serio e ir viendo tus avances a tiempo real, la experta también recomienda que nos pongamos un peso debajo del escritorio para ir comprobando cada día si bajamos de peso.

Ojo, porque hoy día los hay inteligentes y pueden analizar tu cuerpo al llegar al trabajo para decirte tus medidas, peso o índice de masa corporal vía email. Dedica unos minutos al día a pesarte al modo tradicional o revisar los correos electrónicos de la báscula, y comprueba eficazmente si los ejercicios anteriores te están sirviendo para algo.