Si hay un aspecto en el que abunda la originalidad es el campo de las dietas, las hay de lo más variopintas: desde las que proponen comer únicamente marisco, a las que animan a que sean las fases lunares las que marquen nuestra alimentación, pasando por las que cuentan con fórmulas mágicas para “comer lo que quieras” sin engordar, eso sí, a través de mecanismos muy “sofisticados”. El próximo viernes se celebra el día mundial de no hacer dieta, así que para conmemorarlo vamos a hacer un repaso por algunos de esos regímenes que circulan por internet, pero que tal y como señalan los expertos, no es nada recomendable seguir.

“Han surgido una serie de falacias, mitos, "dietas mágicas" etc., que constituyen uno de los mayores problemas de la nutrición en las sociedades industrializadas”, aseguran los autores del informe “Dietas mágicas”, editado por la Comunidad de Madrid.

“Aunque no existe duda de que muchas personas de buena fe pueden divulgar información inadecuada, también es cierto que apoyados en estas doctrinas existen negocios muy lucrativos que pueden conducir a situaciones patológicas irreversibles. El problema se agrava si tenemos en cuenta que la tendencia a consumir este tipo de alimentos y dietas se ha incrementado notablemente en los últimos años”, afirman.

Un ejemplo de ello es la dieta de la Luna, que se basa en la creencia de que al igual que el astro influye en las mareas también lo hace sobre los líquidos acumulados en nuestro cuerpo.

Así, para perder peso, se establece una rutina que consiste en hacer un ayuno de 26 horas dos días al mes -cuando se cambia a luna llena y luna nueva-, y dos ayunos parciales en los otros dos cambios de fase del astro.

Los defensores de la dieta aseguran que se pierden tres kilos de manera fácil, que deja la piel "limpia y luminosa" y que ayuda a combatir el acné. Por supuesto, esta dieta nunca te la recomendaría un nutricionista, entre otras cosas porque el ayuno puede tener consecuencias muy graves para tu salud, por no hablar del efecto rebote…

Pero si hay un tipo de dieta que tiene éxito, es aquella que se basa en la ingesta de un único alimento. Las hay de todos los tipos: las que se apoyan en el melocotón en almíbar, en las uvas, en el pomelo, en el pollo, en el sirope de arce, en el marisco…

“En general, todas ellas aportan un bajo contenido en energía lo que justifica su posible eficacia que no sería, como preconizan, debida al consumo de un único tipo de alimento”, explican los autores del estudio.

“Aparte de su monotonía, el principal problema de este tipo de dietas es que, si se prolongan, pueden provocar graves estados carenciales ya que es imposible que con un único tipo de alimentos se cubran todas las necesidades en nutrientes”, comentan.

Además, en algunos casos, como las dietas a base exclusivamente de frutas, provocan una sensación de hambre que puede llegar a ser agobiante y dan lugar a efectos gastrointestinales indeseados: vientre hinchado, flatulencia, cólicos intestinales y diarrea.

Sin embargo, si hay un consejo curioso dentro del ámbito de la pérdida de peso, es la llamada “dieta del ajo”, que por suerte para los que la practican (o más bien para los que les rodean) no consiste en atiborrarse de este alimento, sino en ponérselo pelado en el ombligo. Supuestamente, molestará cuando la persona picotee o coma entre horas.

Precisamente, todo lo contrario es lo que promete la dieta bautizada como "Rafaella Carrá", que consiste en que puedes comer cuanto quieras, siempre y cuando no mezcles hidratos de carbono y proteínas y que la fruta la ingieras como mínimo dos horas antes o después de cada comida.

Lo llamativo de esta dieta se encuentra sobre todo en el desayuno, momento en el que se puede comer todo lo que uno quiera (siempre y cuando sea antes de las ocho de la mañana)..

Un régimen similiar es el llamado “de Antoine” que pretende que cada día de la semana se dedique a un grupo de alimentos durante el cual se puede tomar la cantidad que se desee con la única condición de no mezclarlos con los de otro.

Estos son sólo dos ejemplos de las llamadas dietas disociativas que se basan en la teoría de que los alimentos no engordan por sí mismos sino al consumirse según determinadas combinaciones, por lo que se puede comer de todo pero no durante la misma comida. “Estas dietas reniegan de las calorías e incluso pretenden desafiar el primer principio de la termodinámica”, explican los autores en el informe.

Ejemplos de dietas absurdas hay cientos con sus innumerables variantes, así que si ya estás pensando en la operación bikini, antes de lanzarte a buscar el milagro en internet, recuerda: comida sana, deporte, y ponerse en manos de un profesional.

¡Feliz día de no hacer dieta!