Kim Kardashian tras los partos y Renée Zellweger para sacudirse los kilos de Bridget Jones han asegurado perder hasta 19 kilos en muy poco tiempo gracias a las bondades del doctor Robert Atkins, quien creó esta restrictiva dieta allá por los años 70.

“Es una alimentación rica en proteínas, en grasa y pobres en hidratos de carbono, y aquellos que se consumen solo provienen de verduras de color verde: nada de frutas, nada de harinas, nada de cereales y los lácteos permitidos son muy limitados, solo quesos y maduros que son los que tienen más cantidad de grasa”, avisa la Doctora Yolanda Sanz, médico experta en nutrición en Yolandasanz.es

En varias fases promete perder kilos en tiempo récord y evitar el efecto yoyó, todo un “chollo” tras el que se esconde una dieta muy poco equilibrada, pues tal y como asegura la doctora “lo normal es que un metabolismo normal se mantenga con 150 gramos de hidratos de carbono al día y esta dieta no llega a eso en absoluto”.

Precisamente en este déficit radica el “éxito” del régimen, pues el cuerpo recurrirá a su propia grasa y entrará en un estado de cetosis. Así es posible que los kilos empiecen a desaparecer, pero la energía también.

Una consecuencia especialmente desfavorable para los deportistas ya que, como explica Sanz, “al hacer ejercicio intenso se necesitan hidratos que den energía y uno de los efectos secundarios es la fatiga, el cansancio, porque al tirar de tu grasa se sufre cansancio, da dolor de cabeza, mal aliento… una serie de malestares que afectan a todos en general y a deportista en particular”.

Estas dolencias o molestias sin embargo pueden ir a más, el consumo excesivo de grasas saturadas no hará más que provocar problemas a medio y largo plazo.

“Las consecuencias son el aumento del ácido úrico y la urea, con lo cual sobrecargas el riñón y puede provocar serios problemas renales. También hay que tener en cuenta el exceso de grasa, pues su consumo es indiscriminado y se consume tanto grasas vegetales como animales, pudiendo dar lugar a un aumento de colesterol y a gente con problemas cardiovasculares, agravárselos”, advierte la especialista.

A corto plazo tampoco las consecuencias son mucho más esperanzadoras, la pérdida rápida de kilos son en su mayoría de agua, y eso unido a lo aburrido de la selección de alimentos la convierte en una dieta que la sensatez recomienda rechazar.

En cualquier caso quizá no esté de más recordar que Robert Atkins murió con 113 kilos y problemas de corazón, si su dieta funciona parece obvio que él no lo comprobó en sus propias carnes.