Quien más y quien menos, todos tenemos algún compañero de trabajo que incluye a diario en su menú alguno de los superalimentos de moda. Las bayas de goji han dejado paso a la quinoa, el sogro, infusiones de nombres impronunciables que, como parece apuntar todo el mundo, “son buenísimas”. No todas son tan milagrosas como dicen y consumirlas en exceso incluso puede resultar malo para tu salud.

1. Pan sin gluten: si no eres celiaco, no pasa nada porque evites tomar gluten -no está demostrado que aporte realmente ningún beneficio y de hecho la mayoría de las personas que no lo consumen dicen que se sienten mejor-, pero tampoco te obsesiones con evitarlo, especialmente en lo que a panes se refiere.

La mayor parte de los panes que se identifican como “libres de gluten” sí que contienen harinas y cereales refinados y almidones. Básicamente los llenan de azúcares y grasas para que se parezcan al pan tradicional.

Si no estás seguro de que esa barra o rebanada sin gluten está hecha con granos enteros, mejor consigue que esta vez sí o sí las manos no vayan al pan.

2. Aceite de coco: por mucho que leas sobre sus beneficios y veas que lo toman todas las celebrities de moda, si optas por el delicioso aceite de oliva de toda la vida, saldrás ganando. Al menos si estás buscando en el de coco beneficios como que mejore tus niveles de colesterol y tu salud cardiovascular.

Aliñar alguna que otra ensalada no te va a matar, pero teniendo el oro líquido patrio a mano, mejor no arriesgarte a escoger un producto de moda que quizás esté más lleno de grasas saturadas de las que te habían comentado…

3. Green juice: sí, esos zumos verdes tan trendy que contienen espinacas, kale -la de toda la vida conocida como col rizada- y otra gran variedad de verduras de hoja verde que le ofrecen ese característico color, son estupendos para la salud gracias a que son una fuente importante de vitaminas y minerales, pero ojo, porque también están desprovistos de fibra y, si encima tienen un sabor dulce, muy probablemente tengan una carga imprevista de azúcares añadidos.

Un combo que puede traducirse en un chute de azúcar en sangre excesivo que termine en una buena dosis de mal humor y hambre al poco rato de haberlo deleitado. Prueba a preparar los batidos tú mismo y notarás la diferencia.

4. Kombucha: si no habías oído hablar de esta bebida, no te preocupes que lo harás. Esta infusión de moda es 100% natural y se elabora siguiendo una antigua receta que apenas contiene té, azúcar y cultivos de kombucha.

Llena de vitaminas, enzimas, minerales y ácidos orgánicos esenciales, se le atribuyen beneficios para la salud como solucionar problemas digestivos o malestar en las articulaciones.

Sin embargo, tienes que tener cuidadito con los excesos porque la gran mayoría de las infusiones de kombucha que puedes encontrar en tiendas especializadas contienen también azúcares refinados. Ingrediente que, bien sabes, es el gran enemigo de tu dieta. Mira bien la etiqueta y evita los atracones de la bebida milagrosa.

5. Leche de almendras: vale, no tiene azúcar, pero apenas contiene proteínas. No sólo eso. Algunas marcas incluyen carragenano espesante, una mezcla de varios minerales derivado de productos naturales como algas, que algunos expertos han vinculado a problemas de inflamación e irritación intestinal.

Si optas por sustituir la leche de vaca por la de almendras procura escoger entre las marcas más saludables y recuerda añadir alimentos ricos en proteínas a tu dieta para conseguir el equilibrio nutricional perfecto.