Pero vamos a lo que de verdad nos importa. Esta dieta oriental concentra la energía necesaria para nuestro organismo en las porciones justas y con sabores bastantes variados y agradables a nuestro paladar. Vamos a ver cómo afecta el sushi, la soja y la amplia variedad de carnes y verduras de estos platos a nuestra salud.

Primero, los beneficios

Los hombres y mujeres japoneses viven más que el resto de los humanos. Y no sólo eso, sino que llegan a los 75 años con una salud destacadamente mejor que en cualquier otro país. Además Japón es el país con menor índice de obesidad. Tal vez pienses que es por los genes, pero nada más lejos de la realidad. Y es que cuando un japonés reside durante un tiempo en un país occidental, no le cuesta nada ganar unos kilos de más.

Comen con los ojos

La magia de la dieta japonesa es un equilibrio de comida sana, saciante, baja en calorías y servida con un exquisito control de las porciones en platos con grandes diseños. Esta característica hace que comas con la mirada, disfrutando del emplatado y deseando saborear cada bocado lentamente. De este modo le das tiempo a tu cerebro para ver cuándo realmente ya estás saciado de verdad.

Control de las porciones

En Japón, la comida se sirve en platos separados y pequeños, preciosos sí, pero pequeños. Los comensales prueban un poco de todo en la cantidad justa. Servir pequeñas porciones es uno de los secretos para comer sano y perder peso. Estudios demuestran que cuanto más nos servimos, más nos comemos. Ya sea con hambre o sin ella.

La gente llega a comer hasta un 45% más de comida cuando se sirve en un plato grande. Unos científicos de Illionis preguntaron a varias (muchas) personas en qué se basaban para servir las porciones de comida. A lo que contestaron que servían lo que cabía en el plato.

Y esto no sólo se aplica a la comida japonesa. Prueba a cambiar la vajilla de tu casa por platos más pequeños. Estarás enseñando a tu cuerpo a comer menos y notarás que ganas algún que otro agujero en el cinturón.

El arroz, el plato estrella

La alimentación japonesa incluye cantidades ingentes de arroz, hasta seis veces más por personas que en la dieta americana. Un bol de pequeño de arroz se sirve en cada comida, incluido el desayuno. Es bajo en grasa, contiene hidratos de carbono complejos, y te hace sentir más lleno. Esto hace que dejes de tener ganas de comer las magdalenas o gofres de turno en el desayuno.

Verduras y más verduras

En Japón la mayoría de los platos contienen algún tipo de verdura. Según encuestas, el plato favorito por la mayoría de las familias de este país es el caldo de verduras sazonadas.

Pimientos rojos, judías verdes, calabacines, cebollas, ajos, tomates, pimientos verdes, lechuga, zanahoria, brotes de bambú, setas, patatas y algas son las verduras estrellas del país nipón.

Y además de contar con todas estas verduras en su pirámide, lo importante es cómo las cocinan: al vapor, en caldos o vuelta y vuelta. Lo que hace que conserven al máximo sus propiedades.

Y pescado

Famoso por comerlo en el sushi y sashimi, el salmón y el atún son los ganadores. Muy ricos en ácidos grasos omega-3 que protegen tu corazón. Y aunque Japón sólo contiene el 2% de la población mundial, en el archipiélago se consume el 10% del pescado a nivel mundial.

Y como no, la soja

Consumida con moderación (como todo), los productos que provienen de la soja (como el tofu) son una muy buena fuente de proteínas en comparación con las carnes rojas, ya que no contienen grasas saturadas. La dieta japonesa incluye más de un plato con soja, o sus derivados, en cada comida.

Así que ya sabes, si eres de los que no sale fuera a comer porque piensas que los restaurantes de comida saludable son más caros que el resto (que lo son), tal vez quieras echar un vistazo a algún restaurante japonés.