Un simple gesto de tu dedo puede cambiar radicalmente tus hábitos alimenticios. No pienses cosas raras, hablamos de encender el interruptor de la luz. Esto asegura un reciente estudio publicado en la revista Journal of Marketing Research según el cual iluminar bien la comida que nos llevamos a la boca hace que nos decantemos por menús mucho más saludables.

Seguro que te has visto en una parecida: es de noche, estás cansado y solo quieres cenar algo rápido para acompañar tu sesión de tele nocturna. Mal. De esta manera lo único que haces es comer un bocadillo, plato de pasta o sobras de la nevera sin apreciar ni qué estás consumiendo ni qué ingredientes llevan tus oscuros platos. Enciende la luz y notarás la diferencia en tu abdomen y muslos.

Olvida las cenas a la luz de las velas

De acuerdo, la luz no nos la regalan y hay que ahorrar, pero deja los ratos lúgubres de velitas y luces tenues para después de comer. Los científicos de la Universidad de Florida del Sur aseguran que aquellas personas que comen en habitaciones luminosas son un 24% más propensos a llenar sus platos de alimentos nutritivos y saludables como verduras, ensaladas o pescados al horno que aquellos que se sentaban delante de un plato poco iluminado en el que no se podía ni apreciar el contenido.

Así lo comprobaron en varios restaurantes. Al parecer, los ambientes románticos de velas y luces cálidas y tenues hacían que los comensales pidiesen platos con un 39% más de calorías que quienes acudían a locales bien iluminados y optaban por platos ligeros y frescos

Una elección brillante

Los autores del estudio explican esta curiosa elección inconsciente en que es nuestro cerebro el que decide, y si éste es capaz de ver claramente opciones alimenticias sanas nos guiará a escogerlas.

Al parecer, estar sometidos a una mayor cantidad de luz hace que el cerebro suprima la producción de la hormona del sueño o melatonina manteniéndonos despiertos y atentos. Esta situación aumenta increíblemente nuestras probabilidades de elegir de manera consciente un menú ligero frente a uno grasiento.

Simplemente con encender la luz seremos más conscientes de si nos estamos calzando 800 calorías en alimentos llenos de carbohidratos o quizás sea mejor hincarle el diente a esa colorida ensalada que sabemos es mucho más saludable.

Está claro que pedirle al camarero que encienda más luces no es la opción. Pero si cada vez que te prepares un aperitivo o cocines algo en tu casa enciendes las luces principales y abres las persianas para que la luz del sol ilumine tus creaciones, añadirás un buen puñado de ingredientes sanos y bajos en calorías a tus platos.

Otro truco: tómate un té o un café poco antes de comer. Los investigadores detectaron que las personas que pedían una de estas bebidas como entrante a sus cenas bajo la luz de las velas conseguían un efecto similar al de acudir a un local bien iluminado gracias a que la cafeína mantiene el cerebro alerta y es capaz de tomar decisiones más inteligentes a la hora de escoger tal o cual plato.