La revista Current Biology ha publicado esta semana un artículo científico en el que investigadores de la Universidad de Nueva York han demostrado que quienes realizan actividades físicas de alta intensidad queman las mismas calorías que quienes las hacen a un ritmo más moderado.

En el estudio, realizado a 332 personas de distintos países como Ghana, Sudáfrica, Jamaica o Estados Unidos, los investigadores han visto que llega un momento en el que si la actividad física supera niveles moderados, el consumo de calorías, lejos de aumentar, se estabiliza, por lo que han concluido que no se queman más calorías por el hecho de hacer deporte de manera más intensa.

En concreto, los investigadores se fueron a convivir durante 2010 con la tribu de los Hazda, en Tanzania, y allí les midió el gasto calórico que realizaban cuando se iban de caza. A pesar de que lo lógico sería que estas personas consumieran más calorías que los que se quedaban en la aldea, esto no ocurría así, puesto que el organismo de estos cazadores, su consumo calórico, se había adaptado a sus necesidades.

No obstante, esto no quiere decir que, a partir de ahora, no haya que hacer deporte. Todo lo contrario. En dicho estudio también han descubierto que aquellas personas que llevan un estilo de vida sedentario gastan 200 calorías menos al día que las que hacen deporte, por lo que, a la larga, engordarán más.

En lo que inciden los investigadores es que no solamente en el ejercicio físico está la clave para poder adelgazar. “Para controlar el peso también debemos centrarnos en la dieta”, dicen. No es lo mismo hacer ejercicio y, al llegar a casa, vaciar la nevera de todo lo que haya, que llevar una dieta adecuada y acorde con el número de calorías que necesita ingerir el cuerpo humano y la quema de las mismas.