¿Cansado de seguir dietas y no conseguir apenas resultados? No desesperes. Existen algunas técnicas que te ayudarán a sentirte más delgado sin que pierdas ni un gramo.

Al margen de que disimules tus kilos de más con la ropa que utilices, que siempre es una opción rápida y resolutiva, sentirte ligero, atractivo y en plena forma es muy sencillo si sigues estos consejos.

1.- Dúchate antes de acostarte. Cuando dormimos nuestro cuerpo se enfría y necesita de un ambiente cálido y húmedo para descansar adecuadamente y, entre otras cosas, acelerar nuestro metabolismo para quemar grasas.

Al ducharnos justo antes de irnos a dormir, nos relajamos, pero también activamos la temperatura del cuerpo y conciliamos el sueño más rápido. No sólo eso, el enfriamiento ayuda a estimular la grasa parda o marrón, un tipo de grasa que ayuda a nuestro cuerpo a quemar más calorías.

2. Evita el chicle. Cierto, mientras mascas chicle evitas comer y picar entre horas, pero esa sensación de estómago lleno tiene su lado oscuro. El sorbitol, edulcorante que suelen contener la mayoría de los chicles sin azúcar, es más difícil de digerir para el organismo y los restos se apalancan en el intestino delgado actuando como caldo de cultivo para la fermentación de bacterias lo que provoca una molesta sensación de hinchazón e incluso flatulencias.

Además, cada vez que masticas estás enviando una señal al cerebro que provoca que las hormonas del hambre se activen y, en poco tiempo, tu cuerpo demande la ingesta de comida real.

3. Reduce la sal. ¿Te suena le expresión 'retención de líquidos'? Pues los alimentos ricos en sal son los principales culpables de que suceda y, en consecuencia, nos sentimos pesados, cansados y con malestar de estómago.

Lo mejor para estar más ligeros es reducir en la medida de lo posible las comidas con sal y optar por bebidas y alimentos diuréticos para eliminar el líquido que nos sobra y mantener el organismo limpio.

4. Duerme suficiente. Si dormimos poco o mal, nos sentimos cansados durante el día. Esto no sólo afecta a nuestro rostro y las temidas ojeras, también a las ganas y energía -si es que nos queda algo- que ponemos en nuestro entrenamiento.

No sólo eso, la falta de sueño estimula el apetito y hace que comamos más durante el día. Pruebas a acostarte un poco antes cada día y notarás la diferencia.

5. Levántate y anda, como le dijeron a Lázaro. Una buena sesión de sudor hace que nuestro cuerpo se desintoxique. Pero además de los beneficios físicos de hacer deporte conocidos por todos, movernos un mínimo, ya sea para volver a casa caminando desde el trabajo o poniéndonos de pie en el transporte público, hará que nos sintamos mejor con nosotros mismos, más ligeros y atractivos.

6. Bebe suficiente agua. El agua nos ayuda a reponer líquidos y a eliminar los que nos sobran. Nada de bebidas energéticas y mucho menos de refrescos gaseosos, hay que beber al menos un litro y medio de agua al día. Si resulta aburrido hay opciones: añade unas gotas de limón, pepino o menta para darle un toque de sabor, pero bebe agua.