Antes de nada, me gustaría deja claro que este objetivo, mundialmente conocido como “Operación Bikini”, no es algo con lo que yo esté demasiado de acuerdo. No debemos cuidar nuestra alimentación únicamente tres meses al año. ¿Qué pasa con el resto? ¿De verdad te merece la pena tirar al traste todo el esfuerzo que has estado haciendo?

Olvidándonos del aspecto físico y estético, el llevar una alimentación equilibrada y un estilo de vida activo, afecta también a tu corazón, a tu metabolismo, y a tu equilibrio muscular. Todo esto incrementa con creces tu salud y tu calidad de vida, no lo olvides.

Dicho esto, veamos algunos trucos para llegar al verano como a nosotros nos gustaría.

1. No quites, controla.

Cuando queremos adelgazar, lo primero que se nos ocurre es quitar de aquí y de allí alimentos, sin control. Error. Olvídate de los atajos y escoge una alimentación variada que incluya un poco de todo. Obviamente no me refiero a variar tu dieta de comida basura, eso sí lo deberías restringir.

El problema es que cuanto más limitada sea tu alimentación, más difícil va a ser mantenerla durante un periodo prolongado de tiempo. Eso por no hablar del efecto rebote que supone cuando vuelvas a tu “antigua” alimentación.

En lugar de eliminar alimentos, elige moderar aquello que comes, y controlar los alimentos que ingieres. Para eso es buena idea llevar un pequeño diario de lo que comes al día y así darte cuenta de lo mucho o poco que estás alimentando a tu organismo.

2. ¿Vale con entrenar?

Ahora que se ha terminado la Semana Santa, las inscripciones en los gimnasios crecen como la espuma. Si eres uno de esos nuevos clientes, no te voy a decir que hayas hecho mal, pero debes saber que con ir a entrenar un par de días a la semana, no va a ser suficiente para llegar a ese objetivo que tanto deseas.

Aún así, puedes acelerar ese proceso si lo combinas con una reducción de las calorías que ingieres (siempre con un límite de 1.500 calorías). Esto no quiere decir que dejes de comer, sino que comas alimentos con pocas calorías. De este modo estarás metiendo menos energía a tu cuerpo, y quemando más calorías gracias al ejercicio.

¿Que pasas hambre? No te preocupes, es normal. Por eso puedes utilizar trucos como estar bien hidratado con agua (que sacia pero no tiene calorías), o comer alimentos ricos en fibra como fruta y verdura, o cereales integrales. Éstos también te hacen sentir más lleno y permiten controlar mejor el hambre.

3. Alimentos sí, pero no procesados.

Pese que hay infinidad de dietas, al final la que vale es la que puedes mantener durante toda la vida sin problemas. Sin embargo, aunque haya unas mejores que otras, todas tienen algo en común: la eliminación de cualquier alimento procesado a cambio de los frescos. Si sigues este consejo estarás suprimiendo el exceso de sal, azúcares y grasas de las malas.

4. Agua y más agua.

Es normal que cuando queremos adelgazar el protagonismo se lo lleva lo que comemos pero, ¿qué pasa con lo que bebemos? Si has conseguido alimentarte correctamente, pero estás ingiriendo demasiadas calorías por otro lado (la bebida), estarás tirando por la borda todo tu esfuerzo.

Sobra decir que controles todas las bebidas azucaradas (los zumos artificiales también). Por otro lado, el alcohol también aporta un gran número de calorías y de azúcares. Por eso, si tienes sed, cíñete a un buen vaso de agua.