Acaba el año y además de revisar y recordar lo que hemos corrido durante estos doce meses, es tiempo de marcarse nuevos objetivos y nuevas metas. El tener ‘algo’ en mente es una buenísima manera de mantenernos motivados y de seguir avanzando. ¿Pero qué objetivos podemos querer alcanzar si aún no lo tenemos muy claro? Aquí os dejo unos cuantos, a ‘grosso modo’ para que podáis darles una vuelta y elegir el vuestro propio... o los vuestros, aunque siempre es mejor ir de uno en uno.

Correr más rápido

Mejorar las marcas es uno de los clásicos entre muchos corredores. A todos (o casi todos) nos gusta mejorar nuestros tiempos. Arañar unos segundos al reloj en cualquier distancia que nos propongamos siempre produce un ‘gustirrinín’ muy rico. Aviso: esta sensación puede producir adicción.

Correr más lejos

Dar el salto a una distancia mayor es otro reto que se marca multitud de runners ‘all around the world’. Pasar del 10K a la media maratón o atreverse con la maratón, la prueba reina del asfalto, son metas que te harán esforzarte e ilusionarte con la próxima temporada. Y ya que estamos... ¿Por qué no una ‘ultra maratón’? Ahí os dejo la idea… ¿Cómo se os queda el cuerpo?

Subir a la montaña

Entre muchos corredores de asfalto siempre es una idea que les ronda la cabeza. Así que, quizá este sea el año en el que des el salto y te tires al monte. Correr rodeado de la madre naturaleza es otro rollo distinto. Quien lo prueba, se enamora. Pero ojo, una cosa no excluye a la otra. Se puede seguir corriendo por asfalto, que no te digan lo contrario.

Participar en ‘ESA’ carrera

No podemos negarlo, muchos de nosotros tenemos una carrera entre ceja y ceja (o en el entrecejo si tenéis cejas pobladas y sin depilar). Una prueba a la que llevamos mucho tiempo deseando apuntarnos y correrla. ¡Pues a por ella! Organízate, ahorra si hace falta y entrena para disfrutar de esa ocasión tan especial.

Correr menos

Si amigos, puede que el objetivo de alguno de vosotros sea correr menos. A veces entramos en una espiral de querer mejorar marcas, de participar y competir cada fin de semana y de darlo todo cada vez que nos calzamos las zapatillas. Y eso, en algún momento nos pasa factura. A veces en forma de lesión, otras en forma de hastío y otras, directamente, en acabar odiando algo que tanto nos gusta. Echa el freno, corre menos y seguro que tu cuerpo y mente te lo agradecerán.

Disfrutar más o seguir disfrutando

Bajar el pistón como hemos visto justo un poco más arriba, puede hacer que disfrutemos más de esto tan sencillo y agradable que es correr. Juntarse con amigos a trotar sin más objetivo que compartir kilómetros y risas. O salir a descubrir nuevos caminos sin preocuparnos del reloj, sintiendo solo nuestras sensaciones, es otra buena manera de gozar del running. En resumen: exigirnos menos y regalarnos más momentos de felicidad mientras gastamos zapatilla.

Estos son solo unos pocos ejemplos de objetivos que nos podemos marcar. Seguro que tú ya tienes alguno en mente o alguna de estas ideas ha movido algún resorte en tu cabeza. Sea como sea, no olvides que el camino que te lleve a ese objetivo es parte de la meta, disfrútalo.