¿Qué es esta dolencia?

Según Álvaro Herrera, fisioterapeuta del Hospital Vithas, “se trata de una inflamación del periostio, la membrana que recubre el hueso de la tibia, y se asocia al sobreentrenamiento, en deportes de impacto principalmente, como pueden ser las maratones”

¿Qué es lo que la provoca?

“Se produce por el continuo impacto del pie sobre el suelo, que generalmente suele ser de asfalto o superficies que no amortiguan adecuadamente. Esto genera una vibración en sentido ascendente que provoca tensión en los músculos que rodean la tibia, generando una tracción continua sobre la membrana que recubre el hueso y dando lugar a que se inflame”, cuenta Herrera.

El tipo de pisada que tenemos no debería influir en tener o no tener esta dolencia, pero lo que sí está directamente relacionado es llevar a cabo una mala pisada. Por ejemplo, debido al uso de calzado inadecuado a la hora de entrenar, la sobrecarga de la musculatura alrededor de la tibia o entrenar con sobrepeso.

¿Se puede prevenir?

Según este especialista, “Para evitar su aparición se aconseja correr con calzado adecuado y, si es necesario, realizar un estudio de la pisada a través de un podólogo”. Aquí puedes ver un vídeo de cómo te pueden hacer un estudio de la pisada en muy poco tiempo.

Otros consejos que da Herrera son “evitar el sobreentrenamiento, respetar los períodos de reposo deportivo, adquirir una buena técnica de carrera y realizar un entrenamiento correcto asesorado por profesionales cualificados”.

¿Cómo se puede curar?

Como en casi todas las lesiones físicas existen tres periodos claramente diferenciados. El primero, que está basado en reposo con hielo y otras medidas antiinflamatorias; el segundo, a través de la fisioterapia.

En este caso, según Herrera, se puede llevar a cabo una “relajación de la musculatura sobrecargada a través de la terapia manual, vendajes funcionales o uso de medias compresivas, estiramientos de gemelo, sóleo y tibiales, y ejercicios isométricos para reforzar la musculatura periarticular”.

La última fase consistiría en la vuelta a la actividad, lo que los especialistas llaman la “readaptación deportiva”, para ir volviendo poco a poco de la mano de un fisioterapeuta y no volver a caer en la misma lesión.