Seguro que habréis leído tuits, frases en muros de Facebook y también entrevistas donde profesionales o no tan profesionales se atreven a sentar cátedra sobre lo que es y no es un maratoniano. Y yo me pregunto, ¿esto es así porque ellos lo dicen y punto? No sé, yo tengo mis dudas.

Muchas de estas afirmaciones que realizan se basan en su experiencia y en el nivel al que compiten habitualmente en las carreras. Personalmente me transmiten un elitismo y cierta prepotencia con la que no comulgo.

Me parece muy bien que lleven décadas corriendo y que bajen de 3 minutos por kilómetro pero eso no les convierte en la voz de la sabiduría. Hay muchas más formas de correr que son válidas, yo diría que casi tantas como corredores existen. Y todas merecen respeto.

Veamos, ¿es menos maratoniano un corredor que tarda cuatro horas largas que el que baja de tres? Para mí no. Primero porque no sabemos cuál es la motivación que le ha llevado a ese corredor ‘lento’ a ponerse en la línea de salida, tampoco sabemos lo que le ha costado llegar hasta la meta y menos aún sabemos cuáles son sus circunstancias personales. Querer hacer de menos a un corredor por el ritmo al que corre no me parece muy acertado.

Me da en la nariz que muchos de estos ‘iluminados’ ven que ya no son tan especiales. Que muchos otros corredores con menos aptitudes que ellos consiguen alcanzar su misma meta (aunque sea en otros tiempos). Y puede que eso les pique un poquito en su amor propio. Aunque también puedo estar equivocado en esta afirmación, todo es posible.

Pongamos un ejemplo. Para mí, un maratoniano, es todo aquel que es capaz de correr los 42 kilómetros y 195 metros sin parar. Ese es mi objetivo cuando preparo un maratón y me pongo en la línea de salida. Correr la distancia completa. A veces no ha sido posible y he tenido que acabar como buenamente he podido.

Con la visión que yo tengo de un maratoniano ¿Puedo criticar a quien tarda más de cinco horas en acabar el maratón y anda más que corre? NO, o al menos, no debería. Que sea algo que yo no haría (o no me gustaría hacer) no quiere decir que no deba respetarlo. Como he dicho antes, no sé cuáles son las circunstancias personales de cada corredor. Quizá para él ese tiempo sea lo mejor que puede dar. Y si lo es, sea cual sea su tiempo, tiene mi respeto.

Siempre he dicho que cualquiera puede correr un maratón. Y siempre matizo, cualquiera que esté sano y que sepa que tiene que dedicarle un buen tiempo a la preparación de una prueba que no es ninguna broma. El maratón siempre te pondrá en tu sitio y no se anda con chiquitas. Tómatelo a la ligera y el té dará un buen revolcón.

Me gustaría que todos esos que se dedican a ‘repartir carnets’ y a decidir quién es corredor, quién maratoniano y quién ‘ranner’, en vez de intentar crear diferencias entre los que nos gusta correr vieran que hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan.