“Al igual que el sedentarismo es problemático para la fertilidad, la actividad física cuando es excesiva, por su intensidad o por el tipo de ejercicio realizado, también se puede volver en nuestra contra. Entre esos deportes se encuentra el spinning”, asegura el Dr. Delgado Martín, urólogo del Hospital Clínico San Carlos.

El especialista recuerda que solo una de cada cinco parejas consigue concebir el primer mes, posibilidad que se va reduciendo a medida que pasa el tiempo, por eso hay que cuidar el tipo de vida que llevamos si el fin es tener un hijo.

El estrés, una alimentación hipercalórica y desequilibrada, el sedentarismo, o todo lo contrario, influirá en nuestra capacidad reproductiva. Si tu hobbie es el spinning presta también atención.

“El aparato donde se realiza, la bicicleta, tanto en la estática, como en la de carretera o en la de montaña, el ejercicio sobre ella produce múltiples microtraumatismos repetidos sobre el periné que en el varón afecta a los testículos, uretra y próstata, alterando el medio interno y la normal función de las glándulas sexuales del varón, como las vesículas seminales y la próstata, facilitando su inflamación y su infección. Este problema se puede exacerbar en el spinning ya que en ocasiones se mantiene un ritmo acelerado durante un tiempo prolongado, lo que incrementa el riesgo de que se produzcan estas lesiones”, afirma el Doctor, quien lo tiene claro: pasar muchas horas sobre la bicicleta puede pasar factura.

Y es precisamente en el sillín ergonómico donde radica la clave del problema también en el caso de las mujeres, pues un estudio de la Universidad de Yale concluyó que subirse sobre el asiento de las bicicletas oprime los nervios y vasos sanguíneos del suelo pélvico lo que aumenta la posibilidad de traumatismos en la zona.

Un daño que podría acentuarse si la posición del manillar es baja, pues al obligar al cuerpo a inclinarse aumentaría la presión sobre el perineo y con ello se perdería sensibilidad, trastorno que a la larga podría producir riesgos para concebir.

Son posibilidades para aquellos que pasan mucho tiempo pedaleando, más de 16 horas semanales. Se puede evitar utilizando sillines antiprostáticos en el caso de ellos, que lleven a apertura central o sin nariz. En cualquier caso, otro extremo que no podemos olvidar es la ropa, ojo con los que te pones.

“Al utilizar la bicicleta requiere ropa ajustada que en el varón elevará los testículos y los someterá a disminución de su vascularización a la vez que aumentará la temperatura de la gónada, lo que incrementará el stress oxidativo en su interior, aumentará la fragmentación del DNA espermático y dificultará la maduración de las células espermáticas”, advierte el urólogo del San Carlos.

Sillín, culotte, horas sobre la bicicleta… tenemos todas las cartas sobre la mesa, en tu mano está no comprometer tu fertilidad.