Uno de los mayores errores que cometemos a la hora de montar en bici –ya sea para ir al trabajo, pasear por la ciudad o por rutas- es llevar mochilas en nuestra espalda como si fuéramos mulos de carga. Existen en el mercado distintos tipos de portabultos que te ayudarán a pedalear libre de cargas innecesarias y para nada beneficiosas para tu columna vertebral.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que nuestro transportín o portabultos sea adecuado a nuestra bicicleta y que, por supuesto, sea lo suficientemente robusto para cargar el peso que normalmente llevamos encima.

Para decidirte por un portabultos en concreto, primero debes tener en cuenta qué tipo de bicicleta tienes. Las bicis sin frenos de disco ni suspensión trasera suelen llevar portabultos anclados al cuadro por dos puntos: uno al lado del eje trasero y el otro en los tirantes o en su punto de unión. Estos transportines pueden soportar cargas de hasta 30 kilos, por lo que no está nada mal.

Si tu bici es algo más avanzada, con frenos de discos o doble suspensión, existen en el mercado distintos portabultos que para salvar el disco de freno deben ir sujetos al cuadro mediante unos separadores. Para no dañar la suspensión deberás optar por portabultos que no alteren el sistema de suspensión, obviamente. También soportan un peso considerable, de unos 20 kilos.

Conocer esta diferencia es importante porque si colocamos un portabultos que está pensado para bicis tradicionales y lo adaptamos a una bicicleta doble someteremos esos tubos a esfuerzos de carga lateral, con el peligro de agrietarlos y perder la garantía de nuestro cuadro. Eso sin mencionar que en algunos casos el uso de esos portabultos puede bloquear una de las articulaciones de nuestro sistema de suspensión.

Pero veamos algunos modelos para que sepas lo que hay en el mercado.

1.- El Burro –qué buen nombre para un portabultos- es un portaequipajes que está específicamente diseñado pasa su uso en bicicletas de montaña de doble suspensión, pensado para proteger el cuadro de la bici y para trabajar junto con el sistema de suspensión de la bicicleta y no entorpecer su funcionamiento.

Es el único portaequipajes que tiene solo dos puntos de anclaje: el eje de rueda trasero y la tija de sillín. Además tiene un diseño patentado articulado con 3 puntos de giro (el único en el mercado) de manera que trabaja al unísono con el sistema de suspensión, aumentando el confort de marcha.

2.- Si no quieres añadir un armatoste a tu bici existen también en el mercado alguno portabultos de tamaño más reducido. Un ejemplo de esto es el M-Wave Mini Rack, que además puedes añadir tanto en la parte trasera de tu bici, como en la delantera. Es compatible con bicis con ruedas de 24 a 28’’ de diámetro.

3.- Por su parte, la firma OldMan Mountain tiene un interesante modelo Sherpa de aluminio 6061, que seguro te seduce porque son muy ligeros y una capacidad de carga de 19 kg. Tiene un diseño minimalista y es compatible con horquillas con suspensión.