Los cafés de gatos, donde es posible tomarse un té en compañía de felinos, se pusieron de moda en Asia a finales de los 90 y pronto comenzaron a extenderse por todo el mundo. Lo mismo está ocurriendo con el 'cat yoga', que desde el año pasado se ha popularizado en Estados Unidos. Los refugios de animales vieron el potencial de juntar a sus felinos con los 'yoguis' por algo que tienen en común: la tranquilidad. Este chico practicando con su gato es un claro ejemplo de la complicidad que se crea entre ambos:

Los gatos son conocidos por su tranquilidad y sus estiramientos podrían asimilarse a cualquier asana (las posturas básicas del yoga), lo cual resulta perfecto para practicar esta disciplina. La dinámica de las clases es bastante simple: mientras la gente realiza sus posturas, se suelta a estos felinos por la sala y se pasean, se acercan a quien quiera, se tumban en las esterillas o, incluso, se suben encima de los alumnos. Algunos aficionados afirman que sus "gatos de confianza" imitan las posturas de yoga que van realizando a lo largo de la sesión.

Además, esta nueva disciplina tiene objetivos benéficos, ya que la mayoría de organizaciones de yoga piden gatos que esperan la adopción. Los alumnos pueden optar, si se encariñan de alguno, a acogerlo y llevarlos a casa.

Hemos recopilado las mejores fotos y vídeos de 'cat yoga' que hemos encontrado en las redes sociales: