El fasting o el ayuno intermitente es un protocolo alimenticio que se utiliza como dieta, sobre todo entre deportistas. Una moda con poco apoyo por parte de los especialistas médicos.

"Consiste en organizar los horarios de las comidas, en establecer periodos de comidas y ayuno. No prohíbe alimentos ni promociona otros porque no es una dieta, es una distribución de las comidas", puntualiza la Dra. Samara Palma Milla, Médico Adjunto Especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario La Paz.

La modalidad más famosa es la Lean Gane, que aconseja el ayuno durante 16 horas y comer durante 8. También existe la posibilidad de hacerlo en periodos de días completos, ayunar durante uno o dos días, es el llamado Eat stop eat.

Los defensores del fasting argumentan que siguiendo este método la eficacia de una dieta es mayor, pues con los regímenes habituales es cierto que el cuerpo se adapta y deja de perder peso, se estanca y aparece la frustración, explica la doctora. Pero no es oro todo lo que reluce.

"Ante esto, el fasting manda el mensaje de que sí hay comida y con ello la imposibilidad de que el organismo se acostumbre a un régimen restrictivo. Defiende que el organismo nunca se adapta, pero no está estudiado, no está claro que esa sea la respuesta", asegura la endocrino.

Tampoco existen estudios sobre su eficacia en niños, mayores, embarazadas o enfermos. Las ventajas reales, insiste la doctora, no están suficientemente contrastadas y sí los inconvenientes, pues, como explica la doctora, "uno de los riesgos es que cuando no se come entre horas el cuerpo usa las reservas que tiene, que son los carbohidratos, pero a las diez-doce horas necesitamos fabricar glucosa y si no las ingerimos el cuerpo tira del músculo, lo que es poco sano"

Otro de los problemas son los efectos psicológicos, ya que la falta de costumbre, el no ingerir ni sólido ni líquido, puede provocar irritabilidad, palpitaciones, estrés...

Solo sería aconsejable, y siempre bajo supervisión médica, para pacientes obesos incapaces de llevar a cabo dietas con las cantidades de comidas recomendadas.

Sin embargo, teniendo en cuenta que forma parte de una moda, si alguien insiste en llevar a cabo este ayuno intermitente debe procurar siempre hacer dos comidas potentes.

El consejo es que los menús sean equilibrados, preferiblemente siguiendo la dieta mediterránea: mucha legumbre, verduras, pescado blanco, carnes de ave, cereales integrales y pocos alimentos procesales.