¡Qué maravilloso es el mundo de los supermercados! Llenos de productos tentadores envueltos en envases perfectamente diseñados y estratégicamente colocados para tentarnos y acabar echándolos al carrito de la compra sin darte casi ni cuenta.

Y hasta que no llegas a casa y colocas la compra, no te das cuenta de que has comprado frutas y verduras, porque “hay que comer sano” y un montón de productos basura porque “un caprichito de vez en cuando…”. Lo estás haciendo mal y lo sabes.

La gente que diseña los supermercados y la colocación de sus productos son estrategas que juegan con nuestras débiles mentes para que llenemos esos carros de la compran (que no “carritos” de la compra porque cada vez son más grandes) y arramplemos con todo.

Lógicamente, cuando vamos a la compra, no sólo lo hacemos porque tengamos que comprar para alimentarnos, sino que también para saciar nuestros deseos. “Más de la mitad de las compras que realizamos en los supermercados no están planificadas de antemano, siendo esta estadística aún mayor si vamos a comprar junto a la pareja o junto a los hijos”, apunta el psicólogo deportivo, Bertrand Regader en el blog Psicología y Mente.

Hay ciertos productos que nunca deberías echar al carro de la compra y los expertos nos revelan cuáles son:

1.- Cereales: un producto indispensable para muchos a la hora de desayunar pero cuidado con los que elegís porque casi todos son azucarados y, sobre todo aquellos dirigidos al público infantil, ya que contienen “granos refinados recubiertos de azúcar, miel, mezclados con trozos de chocolate o frutas deshidratadas. Deberían de tomarse de manera esporádica como días festivos”, añade Cruz Martínez, coordinadora en la Fundación Española de Dietista Nutricionistas (FEDN).

En cuanto a las barritas de muesli o de fibra, aunque nos lo hacen ver como si fuese un snack de lo más saludable perfecto para tu almuerzo, resulta que no es así. “Estas barritas contienen cantidades excesivas de azúcares simples y pocos nutrientes, y en la práctica, muy parecidas en composición a las chocolatinas”, señala la experta de FEDN.

2.- Salsas preparadas para ensaladas: salsa césar, mostaza y miel, ranchera, cada vez tenemos más opciones para sustituir el típico aliño de aceite, vinagre y sal, pero “esto es una entrada de calorías a tus platos enorme”, explica Dayana Gomes, desde la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma).

3.- Zumos envasados azucarados: no te engañes, un zumo no es sinónimo de una ración de fruta. Aunque en la etiquetada diga ‘sin azúcares añadido’, no es del todo cierto ya que “no tendrán los añadidos, pero desde el inicio de producción ya los tienen, por lo tanto es un alimento con alto porcentaje de azúcar y conservantes”, agrega Gomes.

4.- Salchichas envasadas (tipo Frankfurt o vienesas): Es un producto muy procesado que se obtiene al mezclar recortes de carne de cerdo y desechos de pollo con jarabe de maíz, aditivos, saborizantes y colorantes.

“Aunque suele relacionarse con un alimento rico en proteínas, en su composición predomina el agua (60-70% de su peso), los almidones, ya que se agregan  para hacerlas más jugosas (el almidón y las harinas retienen agua y sal), la sal, y más del 30% de su peso  puede contener grasas saturadas”, indica Martínez.

5.- Gelatina de sabores: este producto tan atractivo sobre todo para los más pequeños “se ha alabado por su alto aporte en proteínas, sin embargo carecen de valor nutricional”, apunta la coordinadora en la Fundación Española de Dietista Nutricionistas (FEDN).

6.- Bollería: a las personas que son de dulce les pirra comprar bollos rellenos de chocolate, crema o de más chocolate incluso, cuanto más mejor. Lo peor que podemos hacer es echar estos tentativos dulces ya que “abunda el azúcar y la grasa trans, que es muy perjudicial para nuestra salud en general”, comenta Gomes.

7.- Platos precocinados: en un mundo en el que vamos corriendo a todos lados y no tenemos ni tiempo para cocinar ni para comer tranquilamente, abundan en los supermercados los platos preparados porque es lo más rápido.

“Son platos muy altos en grasas, llevan por lo general salsas, quesos grasos, nata, embutidos. A nivel digestivo pueden ser una bomba de reloj”, explica la experta de Addinma.

8.- Sopas instantáneas: “al contrario de lo que se cree, se trata de un producto muy procesado,  con un alto contenido en carbohidratos simples, muy rico en sodio, conservantes y aditivos”, detalla Martínez.

9.- Tocino, mortadela, casquería, etc.: “un tipo de grasa animal muy calórica y procesada que no veo necesaria usarla en la cocina actual con tanta variedad de ingredientes mejores desde un punto de vista nutricional y de sabor, que los que me puedan aportar estos. Por ejemplo un aceite de oliva virgen extra, cortes magro de cerdo, jamón serrano por para sustituirlos”, añade Dayana Gomes, de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma).

Truco: evita ir con el estómago vacío a la compra y lleva una lista bien pensada de las cosas que realmente quieres echar en tu carrito para no acabar cayendo en productos poco saludables.