El ser humano es una máquina de precisión perfecta, pero tiene sus pequeñas particularidades que son las que nos hacen distintos unos de otros. El mecanismo que nuestro organismo tiene para regular la temperatura interior de los órganos es el sudor.

Por todo el cuerpo tenemos repartidas más de 2,5 millones de glándulas, que, en el caso de la sudoración, se dividen en dos grandes categorías: ecrinas, situadas en las palmas de las manos, de los pies y en la cara; y apocrinas, que son la mayoría y que se sitúan en las axilas, genitales, pecho, pubis u ombligo.

La diferencia entre las unas y las otras es que, por lo general, las primeras no producen mal olor, mientras que, en las zonas donde están las segundas, sí. Ambas, sin embargo, además de la función que tiene de regular la temperatura corporal, se dedica a una tarea importantísima: eliminar las toxinas de nuestro cuerpo.

Sin embargo ¿Por qué a veces huele más y otras veces menos?

La clave para determinar el origen del mal olor está en el número de bacterias que tengamos en la piel. Sí, amigos y amigas, no estamos solos, y en nuestra piel habitan millones de microorganismos que, de alguna manera, se alimentan de nosotros y nosotros nos aprovechamos de ellos.

En este caso en concreto, cuando el sudor que expulsan las glándulas, y que de primeras es inodoro, entra en contacto con las bacterias de la piel, se produce una reacción química que provoca el mal olor.

La intensidad de este dependerá de factores externos de cada persona, pero hay algunos que suelen ser la causa común de un verdadero mal olor:

1.- Factores externos: el estrés, la ansiedad, los nervios o llevar una vida ajetreada en general pueden ser causas de que tu olor huela mal. Intenta relajarte.

2.- Higiene: alguna vez hemos oído que un exceso de higiene puede conllevar aparejada la aparición de alergias, y es cierto, pero no por ello hay que dejar de lavarse y asearse. Si tu olor es fuerte, lo mejor es que uses geles antibacterianos que puedes encontrar en cualquier farmacia.

3.- Ropa: las prendas que son muy ajustadas y las que están fabricadas con materiales sintéticos también son un foco de aumento del mal olor. Lo mejor, el algodón que, como todos sabemos, no engaña.

4.- Alimentación: los expertos desaconsejan la ingesta de alimentos como el ajo, el curry, la carne roja o la coliflor. El café y el azúcar en general tampoco se libran de la purga.