No hay duda de que son nutritivos y sanos, pero muchos de los alimentos naturales que a menudo nos recomiendan los expertos en medicina y nutrición contienen un número inesperado de calorías. Claro que éstas son mucho más beneficiosas que las que puedan contener los productos procesados o la comida basura en general, pero antes de incorporarlos a tu dieta diaria deberías saber la verdad. Prepárate para quemarlos en tu entrenamiento, porque vas a tener que pegarte unas carreras de más si los comes en exceso.

Aguacate. Ingrediente ideal para ensaladas y protagonista del delicioso guacamole, se trata de una fruta muy grasa que contiene nada menos que unas 320 calorías por pieza, algo así como un par de bolsas pequeñas de Doritos (unos 64 gramos).

Claro que al contrario de este adictivo snack, el aguacate también tiene un alto contenido de proteínas -lo que ayuda a dejarnos saciados durante más rato-, hierro, potasio o zinc, entre otras saludables propiedades.

Almendras. En realidad, la mayoría de los frutos secos son bombas calóricas. Pero uno de los peores son las almendras: ¡Superan las 600 calorías por cada 100 gramos! Más que si te calzases un Big Mac (que tiene unas 540 calorías).

Claro que un puñado de unos 50 gramos -nunca una bolsa entera- tiene tal poder saciante que son realmente el aperitivo ideal para un día de entrenamiento.

Mango. Qué exótico y refrescante, ¿verdad? Pues una sola pieza es el equivalente a comernos cuatro galletas Oreo. Mientras otras frutas con un sabor dulce como los plátanos o las peras tienen unas 100 calorías por unidad, el mango alcanza las 200 calorías.

Tomarlo para merendar sería como comernos unos 37 gramos -lo que vienen siendo un par de lonchas- de bacon frito.

Quinoa. Desde hace tiempo convertida en el producto estrella de dietas y ensaladas, esta sana semilla alta en proteínas -alrededor de 16 gramos por cada 100 gramos-, minerales y ácido omega-3, contiene una cuantas calorías más de las que pensabas: unos 100 gramos de quinoa equivalen a cerca de 350 calorías. Ahí es nada.

Al no contener glúten es uno de los alimentos más recomendados para celíacos, pero ojo con las cantidades porque un cuenco de quinoa tiene el mismo porcentaje de calorías que un Kit Kat y medio (235 calorías por cada chocolatina).

Zumo de naranja. Mucho cuidado con mirar los valores nutricionales de los zumos de frutas envasados porque aunque tengan calcio y vitamina C, también cuentan con muchos azúcares, y esto se puede traducir en unas 120 calorías por vaso. O lo que es lo mismo: 12 Pringles.

Nada que ver con uno natural que te prepares tu mismo en casa, desde luego. Claro que, ¿sabías que es más sano tomar la fruta entera que exprimida?

Al extraer el zumo se conserva la misma cantidad de azúcar que el de la pieza original pero se elimina gran parte de la fibra que contiene. Mal, porque ésta es la que nos ayuda, entre otras cosas, a saciar el apetito y a mantener sano nuestro tránsito intestinal (exacto, ir al baño sin problemas).

Aceite de oliva. Las propiedades del conocido como oro líquido son indiscutibles: aliado contra la diabetes, fortalece el sistema inmunológico, disminuye la presión arterial e incluso tiene propiedades anticancerígenas. Pero cada vez que eches un buen chorro a tu ensalada o guiso, ten en cuenta que cada 100 centilitros equivalen unas 900 calorías.

Controla bien las medidas y no te pases, que la idea tampoco es matar el sabor del resto de alimentos empapuzándolos de aceite.