Noelia Pompa nunca imaginó que la danza iba a transformar su vida de la forma que lo ha hecho. Protagonista del espectáculo del Teatro Calderón de Madrid, ha demostrado que puede hacer lo que se proponga. Su metro veinticinco pasa desapercibido porque cuando baila llena el escenario.

 

No lo tuvo fácil y durante gran parte de su vida se enfrentó a los prejuicios de una sociedad que juzga y señala con el dedo a las personas que, como ella, sufren de pseudoacondroplasia. Vivió en primera persona el rechazo y la dificultad para conseguir un empleo hasta que, por casualidad, la llamaron para participar en ShowMatch, un conocido talent de baile. Corría el 2011 y no se podía imaginar que se iba a convertir en una persona reconocida, admirada y en una bailarina muy versátil. La entrevistamos para Correr y Fitness porque Noelia está convencida de que personas como ella tienen que “mostrarse al mundo” para romper barreras, cambiar ideas preconcebidas y trabajar por la integración.

Noelia Pompa en el espectáculo The Hole Zero
Noelia Pompa en el espectáculo The Hole Zero | Lighuen Desanto

Showmatch

Showmatch es un programa de éxito en todo Latinoamérica en el que varias parejas preparan cada semana un estilo de danza y lo defienden ante un jurado de expertos. En el 2011 a Noelia Pompa, una joven argentina con enanismo que jamás había bailado antes, le propusieron ser pareja del bailarín clásico Hernán Piquín y no lo dudó un momento. Comenzaba ahí una aventura que los llevó a ganar dos ediciones del programa y a ella a participar una tercera con otro partenaire.

“Lo mío con el arte es circunstancial, no había estudiado baile y de repente la vida me pone en un programa de máxima audiencia como pareja del mejor bailarín clásico, y descubro que estar encima del escenario me fascina y que me quiero dedicar a ello el resto de mi vida”. En ese momento, consciente de la oportunidad, Noelia se lo tomó en serio y se preparó cada estilo a conciencia porque quería hacer las cosas bien. “Yo que pensaba que íbamos a estar un tiempo corto y resultó que ganamos el primer año, volvimos el siguiente a defender el título y vencimos de nuevo… aprendí muchísimo, fue una escuela increíble y me enamoré de cada una de las disciplinas que bailé”.

 

Noelia confiesa que tiene una historia de vida particular, debido a sus dimensiones y asegura que “tenemos en la cabeza que hay determinados problemas físicos que imposibilitan bailar bien, y que alguien con enanismo participara en el programa fue un boom porque la gente lo aceptó muy bien, y supuso un cambio de mentalidad y de aceptación de prejuicios que me ha servido a mí, la primera, para superar mis miedos, y saber que uno puede arriesgarse, perseguir sus sueños y luchar porque los límites los tenemos en la cabeza”.

Noelia se queja de que no nos enseñen a trabajar la confianza y que es la vida la que te da las herramientas para tener autoestima. “Yo elegí el camino de superarme, pero nadie nos enseña a trabajar el amor propio y si encima te señalan con el dedo y te discriminan, es más difícil aún. Yo afortunadamente tengo una madre que es mi heroína y gracias a la cual hoy me puedo estar trabajando en otro continente, en un espectáculo de gran formato”.

Una pequeña gran conciencia

Tras su paso por el programa de baile, fichada por un gran empresario del mundo del espectáculo tuvo la oportunidad de conocer a Iñaki Fernández, productor de The Hole Zero en Madrid y le propuso venir a España. Le costó creer que la vida le estaba brindando esa oportunidad pero hizo la maletas y cruzó el charco para trabajar en otro continente. “Vine a España para saber qué pasaría en un lugar donde era desconocida porque empecé jugando en primera en un programa tan seguido y necesitaba comprobar si triunfé por la fama de la televisión, o porque puedo estar encima de cualquier escenario del mundo y que lo que yo haga conmueva al público”.

En un principio sólo iba a bailar en el espectáculo pero finalmente le ofrecieron un papel llamado “La Conchi” que es la conciencia metomentodo de la maestra de ceremonias del show, interpretada por la Terremoto de Alcorcón. “La Conchi tiene mucho de mí, es pizpireta, chispa y todo el tiempo le recuerda a su alter ego que tiene que aceptarse, nos peleamos y nos amigamos todo el tiempo y me lo paso divertidísimo porque tanto Terremoto como cuando ejercí de conciencia de Canco en la gira de Málaga, aprendo muchísimo de ellos”. También tiene varios números de baile en el espectáculo, pero tener la oportunidad de hacer un personaje tan importante en el show fue una gran alegría para Noelia.

 

Baile, yoga y patinaje

Antes de que la danza se apoderara de su vida a Noelia le gustaba mucho el hierro… hacía pesas y fitness pero nos cuenta que su cuerpo y sus extremidades se musculaban de más en muy poco tiempo. “Siempre me ha gustado hacer deporte, cuidarme, hacer yoga, patinar, pero con mi estatura me ensancho enseguida y gracias al baile conseguí un cambio físico espectacular. Mis músculos se alargaron y logré un aspecto mucho más estilizado. Me gustó verme más fina y aunque mi metro veinticinco no va a estirar, sí puedo buscar una imagen más a mi gusto, más armoniosa. Ahora me paso el día bailando y se lo recomiendo a todo el mundo porque es maravilloso”.

Agotada de las funciones, toma alguna clase de danza aunque se está centrando en la interpretación porque le encantaría hacer cine. Venía a España con la idea de regresar a su Argentina natal en marzo pero han firmado una temporada de seis meses en Barcelona y está encantada. “Es una gran oportunidad para mí y estoy ansiosa por conocer esa ciudad. En España he conseguido hasta aprender a disfrutar del frío y del invierno”.

Partidaria de que la vida la sorprenda, espera poder dedicarse al mundo de las artes escénicas mucho tiempo. Por ahora se siente recompensada con el cariño del público y los mensajes que le llegan por redes sociales, felicitándola por servir de ejemplo de superación a personas con su mismo trastorno genético. A todos ellos les grita bien fuerte que “¡Querer es poder!”.