¿Quién no recuerda a Rocky Balboa tragándose media docena de huevos crudos antes de un duro entrenamiento? Un gesto que repiten muchos deportistas sin saber quizá que Stallone olvidó hacer un curso de nutrición previo al rodaje de esta mítica escena.

De haber sido así jamás hubiera grabado semejante atracón. Cierto que los huevos son muy proteicos, que ayudan al desarrollo muscular, sin embargo, ¡ojo con los huevos!, no todo vale.

La doctora Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición del Hospital de La Paz, es contundente: "Crudos no se deben consumir porque a través de la cáscara tienen muchas bacterias, así que son una fuente de contaminación bacteriana, pero aparte de por motivos de seguridad tienen ingredientes que impiden que sean absorbidos con normalidad".

huevos

Dividir las partes del huevo es otra de las prácticas más habituales en deportistas, sobre todo en aquellos que buscan aumentar la masa muscular.

Las grandes cantidades de proteína de alta calidad que contienen las claras hacen que se ingieran solas y se evite la yema, que tiene más grasa.

Un trabajo no siempre fácil ni necesario: "La proteína del huevo es de mucha calidad, que se digiere muy fácilmente, lo que llamamos de alto valor biológico, tiene todos los aminoácidos esenciales… Pero, en condiciones normales no hay que separar, si no hay enfermedades no, ten en cuenta que tenemos que consumir todo tipo de nutrientes, necesitamos calorías y la yema aporta calorías necesarias, no hay que restringirla", insiste la doctora.

Sin embargo, son esas calorías el origen del rechazo de la yema en deportistas o personas que necesitan adelgazar. Un huevo entero crudo tiene 78 calorías, una clara 17 y frita solo 23. A pesar de las evidencias, ninguna como que una dieta equilibrada será siempre la mejor opción.

"Si no hay problema y en el recuento calórico encaja el huevo, es mejor el huevo entero. Quien quiera hacer sobreingesta de proteína puede tomar solo claras, con el fin de garantizar extra de proteínas, pero el deportista necesita también otros nutrientes”, comenta la doctora.

Huevo

Un par de ellos al día sería el consumo normal, si hace falta aportar más proteínas, dos o tres claras más. "Las dosis masivas que hacen algunos no son necesarias", asegura la doctora, que insiste en lo insensato de abusar de las claras.

La sombra del colesterol es alargada y lo cierto es que solo a personas con un alto contenido en sangre se les aconseja moderación, sin restricciones totales.

Dicho esto, hay que reivindicar un alimento como el huevo, con sus yemas y sus claras, con sus proteínas y sus grasas, sacudirle la mala fama que durante años le ha perseguido.

Aumenta la fuerza, el desarrollo muscular, ayuda a mineralizar los huesos y se puede tomar de mil formas sin aumentar demasiado las calorías: cocido, escalfado, pasado por agua… es muy versátil y barato.

Si aun así estás dispuesto a escurrir la yema o a usar el truco de la botella para consumir solo las claras piénsatelo antes y no desperdicies la yema: 59 calorías no son tantas y además contiene carotenoides que favorecen la agudeza visual. No hay mal que por bien no venga.