Hay que ser objetivos y saber cuál es la realidad de cada uno. La mía es que pese a correr habitualmente luzco una más que considerable 'curva de la felicidad'. Las causas son varias y las tengo claramente localizadas. Otra cosa es que quiera, me apetezca y tenga fuerza de voluntad para cambiarlas. Así que soy un ‘Falete Runner’.

La principal causante del 'one pack' que luzco es mi desmedida afición por la comida y más concretamente por alimentos que no son del todo saludables. Me refiero a platos tan diversos como pueden ser las hamburguesas, pizzas, patatas bravas, bocadillos de los más diversos sabores, dulces de todo tipo y un largo etcétera de delicatessen ricas en grasas y carbohidratos. Además, el hecho de que tu suegro sea pastelero no ayuda mucho a la hora de intentar dejar de ser un 'zampabollos'.

Esta fusión entre ser amante por igual del running (u otro tipo de deporte) y del comer como si no hubiera un mañana es lo que se conoce, según varios estudios de las prestigiosas universidades de Wichita y de Wisconsin, como el "Gym & Ñam" o "Gin & Run". Este último movimiento incluye también a los adeptos a las bebidas espirituosas como el Gintonic.

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos los discípulos del "Faletismo Running" es a la hora de encontrar ropa que nos permita correr de forma cómoda. Por desgracia en la mayoría de los casos, las camisetas y pantalones nos quedan como si fueran prendas de compresión, que no de comprensión para con nuestras 'amadas' lorzas. Las XL y XXL empiezan a ser habituales en mi armario.

Otro tema que incomoda a los corredores entrados en carnes, o por lo menos a mi sienta bastante mal, es la más que repetida situación donde la gente te comenta sin disimulo y con cierta sorna: "Vaya, pues para correr lo que corres, estás bastante ‘hermoso’..."

A lo que yo contesto de manera muy cortés: "Tengo una mente para correr y un cuerpo para el pecado, la gula para ser más exactos". Frase que deja desarmado y sin argumentos al más pintado.

Ahora hablando un poco más en serio. En mi caso ahora mismo corro por diversión y también para mantenerme lo más saludable posible dentro de mis malas praxis alimentarias. Pero eso no es suficiente, hay que cuidar la alimentación si queremos ya no sólo vernos los pies sin tener que dejar de respirar y para volver a nuestra talla L o M sino para estar realmente sanos. No por correr tres o cuatro días a la semana nuestros niveles de colesterol, azúcar o ácido úrico estarán dentro de los parámetros normales.

Así que amigos y amigas, intentemos (yo el primero) dejar de lado el “Faletismo Running” y retomemos el camino hacia una figura más estilizada y sana. Yo no quiero ser modelo del próximo cuadro de Botero: “El corredor de fondo orondo”. ¿Y tú?