Tanto si estás ahora a dieta como si la has concluido, conviene que tengas en cuenta algunos consejos que te ayudarán a no tener que estar volviendo a ellas cada dos por tres.

Y es que, si perder peso puede parecer un imposible, lo que lo parece aún más es no volver a recuperarlo cuando se vuelve a una alimentación “normal”. El semanal femenino francés Madame Figaro ofrece algunos consejos de la nutricionista y dietista Florence Foucaut y Audrey Vaillat, para no caer en errores.

Pensar que algunos alimentos están prohibidos

Aquí llega el primer error, pensar que hay algunos alimentos prohibidos cuando en realidad no existen estos, ni siquiera en una dieta.

“Para conseguir el propio peso forma y mantenerlo en el tiempo es necesario nutrirse de manera sana, pero probando un poco de todo y sobre todo divirtiéndose”, explica Foucaut.

Volver a los malos hábitos

Para no volver a ganar los kilos de más es fundamental establecer una buena relación con los alimentos y no retomar los malos hábitos anteriores a la dieta.

Un error muy común es que una vez terminada, comenzamos de nuevo a comer como se hacía antes, incluso dándose caprichos que eran impensables durante el régimen: así, quien se ha esforzado en no comer dulces, correrá el riesgo, una vez alcanzado el peso deseado, de caer en la tentación dándose un atracón de estos. Error.

“Lo mejor es ir introduciendo gradualmente los alimentos que se trataba de limitar, saboreándolos a fondo y evitando los sentimientos de culpa”, subraya Vaillat.

Para ello, puedes comenzar por pequeños desafíos alcanzables que te puedan ayudar en el camino. “El objetivo de quien está a dieta es recuperar el peso ideal, eliminar la grasa en exceso. Es necesario comer sano y aceptar una reeducación alimentaria que bien hecha ayuda a no recuperar los kilos perdidos”, explica Foucaut.

Lanzarse a por los productos light

El consejo de las expertas es que nunca hay que fiarse de los productos light, o que por lo menos es necesario controlar siempre las etiquetas.

“Es necesario preguntarse de qué manera el alimento es más ligero”, explica Foucaut. “Si por ejemplo contiene menos azúcar que el original, podría contar sin embargo con más grasas y viceversa”.

Para Vaillat el riesgo de los “light” es que la persona pueda sentirse autorizada a comer más. En definitiva, mejor escoger la versión original (que probablemente tendrá además mejor sabor) sabiendo, eso sí, que es necesario moderar la cantidad de azúcares y grasas.

 

Querer perder demasiado peso

Existe un peso forma y es necesario conocerlo. Los kilos que debe pesar una persona se calculan con una fórmula matemática en función a sus características de edad, sexo, altura…

Cuando se inicia una dieta, el objetivo que se quiere alcanzar debe ser determinado por el paciente junto al nutricionista: la cantidad de kilos debe ser alcanzado y mantenido de manera estable.

Las expertas recuerdan que existe un peso forma individual, en el que una persona se siente bien tanto física como mentalmente. Querer pasarse perdiendo demasiados kilos puede ser perjudicial para la salud.

Dejar de hacer deporte

Una manera de mejorar la relación con la alimentación es hacer deporte. “El movimiento físico representa un gasto energético que provoca que mejoremos la imagen de nosotros mismo, ayuda a eliminar el estrés y evita los atracones compulsivos” subraya Vaillat.

Además, la actividad física es fundamental para perder peso porque difícilmente solo con una dieta se consigue el objetivo.

Eso sí, es muy importante valorar junto a un experto el tipo de movimiento que se debe realizar, evitando ejercicios para los que no estamos preparados y que por tanto pueden resultar dañinos.

Creer que la verdura cruda es “la solución”.

Las dos nutricionistas coinciden en atacar a aquellos que se alimentan únicamente de verduras crudas, acompañadas de vinagretas o salsas de cualquier tipo. “Es erróneo pensar que se debe comer sólo verdura cruda para adelgazar”, afirman.

Aseguran que los vegetales son fundamentales en una dieta sana, pero subrayan que es dañino un régimen que sólo tenga un tipo de alimento, sin importar cuál sea éste.

“El consejo es comer un poco de todo, obviamente de manera razonable, disfrutando y saboreando a fondo aquello que está en el plato”, afirma Foucaut.