Bailar es una actividad genial para quemar calorías y ejercitar todo nuestro cuerpo, además de ser un arte. Por eso no es de extrañar que la danza haya formado parte del cine desde prácticamente sus inicios.

Desde Charles King en La Melodía de Broadway (1929) hasta Emma Stone y Ryan Gosling en la gran nominada La La Land (2016), hemos podido observar hermosos bailes. Pero no todo es elegancia y delicadeza, también hemos visto otras escenas musicales a lo largo de la historia del cine que más que emocionarnos nos han hecho reír. Repasamos algunas de las coreografías más desternillantes de la gran pantalla:

Canino (2009)

 

En esta película del director de Langosta (2015, Yorgos Lanthimos) no vamos a observar ningún tipo de danza tradicional griega. La familia es criada en aislamiento y los niños aburridos deben encontrar sus propias formas de divertirse o de elaborar regalos para el resto de familiares. Aquí vemos a una de las hijas imitando a Jennifer Beals en Flashdance (1983).

500 Días Juntos (2009)

 

Tom Hansen se crio pensando que el amor era lo más importante en la vida y el objetivo de ésta. Cuando por fin consigue encontrar a la chica de sus sueños, la euforia le invade los sentidos y se imagina protagonizando una escena musical, acompañado de un séquito de bailarines y un personaje de animación.

Bitelchús (1988)

 

En la casa de la familia Deetz, los fantasmas son quienes llevan el ritmo en el cuerpo. ¿Qué mejor manera hay de asustar a los nuevos inquilinos de tu hogar que al compás de Harry Belafonte? Estos espíritus no dudan ni un momento en poseer los cuerpos de los vivos para hacerles... ¿bailar?

Top Secret! (1984)

 

Con un estilo digno de Monty Python, Top Secret! relata una historia de espionaje y guerra sin pies ni cabeza. Val Kilmer nos regala unas maravillosas y divertidísimas escenas musicales de baile. No nos responsabilizamos de los daños y desperfectos que podrían ocasionarse al bailarlo en casa.

Agárralo como puedas 2 y ½ (1991)

 

A los hermanos Zucker les va el espionaje y los bailes. Esta vez es Leslie Nielsen quién nos hace reír y mover el esqueleto, todo a la vez, por supuesto. ¿Qué opinas de este no tan tradicional baile de salón?

El Gran Lebowski (1998)

 

Los Hermanos Coen nos muestran que jugar a los bolos y tomar drogas no es una buena combinación. En su viaje, Jeffrey Lebowski nos transporta a un número musical inspirado por los clásicos y lleno de simbología del bowling.

Risky Business (1983)

 

Tom Cruise nos muestra una escena que probablemente hayas protagonizado tú en casa. Por muy ocupado que esté con el nuevo negocio que se lleva entre manos, tiene tiempo para relajarse y bailar por casa en ropa interior.

Metrópolis (1927)

 

Uno de los grandes clásicos de la historia del cine nos regala también uno de los bailes más excéntricos. Parece que el erotismo del pasado es la carcajada del presente. ¿No os recuerda a Lady Gaga o Madonna en Vogue?

La Cosa Más Dulce (2002)

 

En esta película sucede un fenómeno típico del musical sin serlo. Las protagonistas se encuentran hablando de chicos en un restaurante cuando, de repente, una melodía suena y empiezan a cantar y bailar de manera coreografiada con el resto de camareros y clientes del bar. ¿La diferencia con un musical clásico? Que la canción va de penes.

Rocky Horror Picture Show (1975)

 

En esta película musical terroríficamente divertida hay más de un baile gracioso. Sin embargo la gracia del Time Warp es que la propia canción te enseña a bailarla. ¿La has visto alguna vez en el cine? ¡Todo el público se levanta y baila la canción junto a los actores y animadores!

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