El problema viene, aparte del insomnio que probablemente tendrás esa noche, cuando repites esta rutina durante bastantes días, haciendo que al final tu cuerpo se acostumbre a la cafeína y a sus efectos nada saludables para tu organismo. ¿Por qué te contamos esto? Porque te vamos a dar varios trucos demostrados científicamente para que no te atiborres a cafeína cada día.

1.- Come un snack saludable

Si a media mañana empiezas a notar la necesidad de cafeína en tu cuerpo, sustitúyelo por un snack saludable. Esa sensación que tienes es debido a la bajada de los niveles de azúcar que se producen en el organismo después de varias horas de haber desayunado.

En lugar de echarle café a tu cuerpo, es mejor que lo cambies por algo como una tostada con aguacate, un plátano con cereales, algo de embutido light con queso blanco o zanahoria con un poco de hummus. Está demostrado que la falta de hierro en la sangre es una de las causas de la fatiga que puede provocar que te veas atrapado por el café.

2.- Bebe mucha agua

Beber agua entre comidas, incluso cuando no tienes sed, es una de las mejores acciones que puedes hacer. En primer lugar porque estarás completamente “depurado”, con tus riñones trabajando a tope y el metabolismo también; en segundo lugar porque estar bien hidratado hará que te encuentres mejor, con menos cansancio tal y como demostraron en 2009 y, por tanto, sin ganas de tomar productos con cafeína.

3.- Date un paseo

Puede que la luz que entra en tu oficina o en tu zona de estudio no sea lo suficiente como para mantener tu cuerpo alerta, y está demostrado que la luz brillante natural activa nuestro hipotálamo, la parte el cerebro que regula nuestros ritmos circadianos y no dicen cuándo tenemos sueño o cuándo tenemos que despertar.

Además, otros estudios también indican que la exposición a la luz azul durante el día (un tipo de luz que proviene de ordenadores, móviles, televisiones, etc.) nos pueden hacer sentir más cansados, por lo que conviene evitarlos en favor de los paseos.

4.- Haz deporte

Salir a correr un rato por el campo, subir y bajar escaleras o simplemente apuntarte a clases de baile va a hacer que tu cuerpo te pida menos cafeína. Este estudio demostró que los participantes que hacían deporte tenían mejor calidad de sueño, lo que repercutía en que durante el día se encontraban más atentos y más despiertos que los que no hacían deporte.

Además, hacer deporte también tendrá otras consecuencias positivas para tu cuerpo (al margen de que te pongas en forma), como una reducción del estrés y la liberación de endorfinas que te harán sentir mucho mejor contigo mismo/a.