Es entonces cuando decides tomar cartas en el asunto. Vas a una farmacia, te pesas, te mides, y calculas cuál es tu Índice de Masa Corporal (IMC). Ves que estás muy por encima de tu peso recomendado y que, como mínimo, deberías adelgazar 20 kilos. Pero… ¿por dónde empiezas para lograr ese resultado?

1.- Mentalización: lo primero es reconocer que perder 20 kilos no es tarea fácil, y que vas a necesitar estar muy concentrado en lo que haces, y muy mentalizado en que no vas a poder seguir llevando el mismo estilo de vida que llevabas hasta el momento de la iluminación.

2.- Ayuda profesional: es más que recomendable que, antes de que te pongas a hacer nada, consultes con un médico, aunque sea con tu médico de cabecera, y te hagas una analítica completa.

Si está todo en orden, los análisis te servirán como punto de apoyo cuando vayas a mitad del proceso y cuando lo acabes, para saber si todo lo que has hecho ha tenido un impacto negativo dentro de ti o no.

3.- Evita los cambios bruscos: la clave principal para tener éxito es ir poco a poco. Por eso es recomendable no hacer cambios bruscos en tu dieta ni en tu vida diaria. Evidentemente, has de quitar todo aquello que no te hace bien, como el sedentarismo o la ingesta de comida no saludable, pero no te ansíes en quererlo hacer todo el primer día.

4.- Márcate unas metas: bajo esa filosofía ‘slow’, lo mejor es que te marques metas realizables a corto plazo.

Por ejemplo: esta semana tengo que hacer ejercicio tres días, y, en lugar de los cinco refrescos de cola que me tomaba antes solo me voy a tomar uno el fin de semana. Nada de gin-tonics y nada de acudir al burger los viernes después de trabajar.

5.- Descubre lo que te gusta: a la hora de hacer deporte, sobre todo si no lo has hecho nunca, es importante que sepas qué es lo que te gusta hacer.

Lo mismo te aburre sobremanera el salir a correr solo por la calle, pero igual te parece atractivo ir en un grupo y poder charlar a la vez que te mueves.

O igual eres un apasionado del CrossFit y no lo sabes porque no lo has probado. Has de buscar el lugar y el deporte que más te gusta para darle duro.

6.- Cocina en casa: uno de los males principales a la hora de no hacer dieta es que comemos mucho fuera de casa.

Por eso, siempre que puedas, come en casa. La otra opción es que cocines en casa y te lleves los tupper, pero evita, en la medida de lo posible, comer en restaurantes.

7.- Date un día libre: es importante tener un poco de válvula de escape en todo este proceso. Por eso es recomendable que, al menos un día de la semana, te lo tomes libre de dieta.

No quiere decir esto que te vayas a poner como Falete ese día, pero sí que te tengas un poco más de libertad a la hora de comer.