Una de las nuevas funcionalidades de los Apple Watch era la posibilidad de de medir las pulsaciones cuando uno estaba en reposo, como ya hacían otras aplicaciones y gadgets, y esto ha “democratizado” el conocimiento sobre cómo funciona nuestro corazón cuando no está haciendo ejercicio. Aun así, no deberías fiarte únicamente de lo que dice tu aparatito en la muñeca, sino lo que te diga un médico en una consulta.
Esta medida es importante para saber cómo estamos realmente de forma física. Por ejemplo, los ciclistas profesionales tienen unas pulsaciones en reposo realmente bajas, debido a que su corazón está “más entrenado”, es más grande y, por tanto, tiene que realizar menos esfuerzo para bombear la misma cantidad de sangre que una persona “normal”.
Pero, antes de nada, dejemos claro un concepto básico: unas pulsaciones más altas significa que tu sistema cardiovascular demanda más sangre y, por tanto, tu corazón está trabajando más duro para satisfacer esa necesidad, lo que a la larga puede resultar en mayores problemas cardiacos. Por tanto, primera premisa: cuanto más bajas en reposo, mejor. ¿Y cómo se consigue tener unas pulsaciones más bajas? Ejercitando el corazón poniéndose en forma.
¿Cuál es el nivel de pulsaciones ‘correcto’?
Cada persona es un mundo y, evidentemente, decir cuál es el número de pulsaciones adecuado dependerá de cada cual. No obstante, sí hay determinado consenso en que entre 60 y 100 pulsaciones por minuto en reposo está considerado como “normal”, aunque si están entre 60 y 80 se considera óptimo. Un maratoniano de élite, por ejemplo, se encuentra alrededor de las 40 pulsaciones por minuto.
De manera general, un ratio de pulsaciones más bajo significa que tu corazón es más eficiente y tienes una mejor salud cardiovascular, mientras que algunos estudios han logrado concluir que unas pulsaciones en reposo más altas se vinculan con mayor riesgo de problemas cardiacos, como infartos o muerte súbita.
Así pues, qué es lo que tu corazón en reposo dice de tu estado de forma: cuanto más altas tengas las pulsaciones en reposo, en peor forma estarás, y viceversa. Aun así, antes de llegar a ninguna conclusión, visita a un médico para descartar cualquier patología cardiovascular.
¿Cómo entender mejor tus pulsaciones por minuto?
Cuando te ejercitas, tu corazón trabaja más duro para bombear suficiente sangre a tus pulmones y a tus músculos. Cuando haces ese ejercicio regularmente, tu corazón se adapta creciendo y volviéndose más fuerte, de tal modo que según va pasando el tiempo tu corazón puede bombear la misma sangre pero con menos latidos y tú puedes ir incrementando el esfuerzo.
Al mismo tiempo, cuanto más entrenas, más se activa tu sistema parasimpático y mejora tu recuperación después de hacer ejercicio, y cuanto mejor te recuperas, más contribuyes a que tu corazón tenga unas pulsciones más bajas en reposo.
Toda esta adaptación y mejora del corazón debe hacerse poco a poco, sin prisas para no tener sustos y, como siempre recomendamos, haciéndose una prueba de esfuerzo previa a la ejecución de cualquier plan de entrenamiento. Muchas veces no lo creemos, pero basta con 60 minutos de ejercicio cardiovascular a la semana para ir notando las mejoras con el paso de las semanas.