Cierra los ojos y piensa sobre qué es lo primero que se te viene a la mente cuando escuchas la palabra 'dieta' para ponerte en forma de cara al verano. Seguro que en tu cabeza han empezado a aparecer sinónimos de lechuga y brócoli, días eternos con rugido de estómago y sufrimiento. Después de leer este artículo es posible que tu concepto sobre los regímenes cambie: existe una dieta asociada a la felicidad, el buen humor y las sonrisas.

No, no se trata de ningún plan alimenticio en el que esté permitido engullir kilos de chocolate, tomar batidos con nata a todas horas ni hamburguesas tres veces al día. En realidad, la conocida como 'dieta de la felicidad' basa su metodología en el consumo de alimentos que favorecen la positividad en tu organismo. De esta manera, consumiendo los productos aconsejados, tu rutina cambiará y podrás alejar los nubarrones grises que se alzan sobre tu cabeza cada vez que piensas en la posibilidad de adelgazar.

Plátanos
Plátanos | El Sextante

Según un estudio elaborado por el Centro Médico de la Universidad Rush (Chicago, Estados Unidos), hecho público el 25 de febrero de este año en la Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología, seguir los preceptos de la dieta DASH sería muy parecido a encontrar una ‘dieta de la felicidad’. La DASH –siglas de la ‘Dietary Approaches to Stop Hypertension’, baja en grasa y sal– no solo mejoraría la presión arterial de los pacientes, sino que a través del consumo de determinados alimentos actuaría como un ‘antidepresivo’ natural.

Durante más de 6 años se analizaron las respuestas de 964 participantes con una media de 81 años ante el seguimiento de tres dietas diferentes: la DASH, la mediterránea y la occidental típica. Los resultados identificaron que los pacientes que habían seguido una dieta contra la hipertensión eran menos proclives a desarrollar síntomas de depresión. A pesar de estas conclusiones, Laurel Cherian –principal autora del trabajo– insiste en que no se puede determinar si hay una razón causal que vincule la prevención de síntomas depresivos con la alimentación: de momento, solo se puede afirmar que existe una relación positiva entre ambos factores.

Los alimentos que te ayudarán en la tarea

La esencia de la conocida como ‘dieta de la felicidad’ es incluir en la alimentación productos que favorezcan la generación de endorfinas y serotonina, dos neurotransmisores que influyen de manera directa en el humor de los seres humanos. Siguiendo los preceptos de este método se consumirá la menor cantidad de alimentos procesados en pro de otros naturales que contribuyan a la producción de estas dos sustancias.

La tendencia a seguir es elegir alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que no podemos producir de manera autónoma y tenemos que introducir en el organismo a través de la comida. Este aminoácido ayuda a sintetizar la serotonina, acción que se verá favorecida si también consumimos minerales e hidratos de carbono de bajo índice glucémico.

La ‘dieta de la felicidad’ apuesta por poner en el plato frutas, verduras, legumbres, frutos secos, carnes magras, cereales integrales, lácteos y pescados azules –como las sardinas, el atún, el salmón o las anchoas–. Dentro de estos grupos generales, que bien podrían haber sido sacados de la reconocidísima dieta mediterránea o la DASH, se pueden identificar alimentos concretos que favorecen la creación de serotonina y endorfinas en nuestro organismo.

Felicidad
Felicidad | Pixabay

Por ejemplo, los plátanos, unos alimentos que no solo son ricos en potasio y magnesio, sino que también cuentan con altos niveles de triptófanos que ayudan a sintetizar la serotonina. Las nueces, el aguacate, las almendras, las espinacas, la leche y la soja son otros alimentos que deberías consumir más a menudo. Si quieres darte un capricho, el chocolate negro es la mejor opción: contiene altos niveles de teobromina, una sustancia que activa los neurotransmisores relacionados con el placer y se considera como un antidepresivo natural.

La ‘dieta de la felicidad’ aconseja evitar las harinas refinadas porque, al contrario que los cereales integrales que provocan una absorción lenta de los hidratos de carbono, generan subidas bruscas de serotonina que después provocan bajones rápidos. Estas alteraciones se traducen en nerviosismo y variaciones del ánimo.

Recuerda que una mala alimentación no solo repercute en falta de vitaminas, minerales o hierro en el organismo, sino que también ser hará notar en síntomas no físicos como la apatía, la desgana, el cansancio generalizado y la irritabilidad.