Seguro que en algún momento has visto a tu madre o a tu abuela echarle un chorrito de vinagre a los huevos fritos o a las lentejas con la excusa de que así no se le repetía y que le eliminaba los gases ¿verdad? Fuera mito o realidad, lo cierto es que el vinagre sirve para mucho más que para eso y para aliñar ensaladas.