Que la Zumba es un éxito allá por donde vaya es una obviedad. Cada día son más los países que se suman a la fiebre de mezclar baile, ritmos latinos y fitness en una disciplina que recuerda más a una fiesta que a un ejercicio duro y aburrido.

El colombiano Beto Pérez consiguió con su ocurrencia llevar a los gimnasios a personas alérgicas a la actividad física con una fórmula mágica que divierte, trabaja el cuerpo y quema calorías.

Los aficionados a la Zumba defienden a capa y espada su afición por encima de cualquier cosa.

¿Eres tú un adicto a la Zumba? ¿No te pierdes una clase, aunque te salga el mejor plan del mundo? ¿Te sabes las coreografías mejor que el profe? Prepara los dedos para contar porque si te ríes y te identificas con estas diez frikadas, no cabe duda de que perteneces a la secta zumbera.

1. Honrarás la Zumba

Los adictos a la Zumba defienden su hobbie por donde quiera que van. Si en alguna conversación alguien critica o cuestiona las bondades de la Zumba saldrán en su defensa por encima de todas las cosas. Y, además, lo argumentarán con tanta vehemencia que serán capaces de convencer hasta al más incrédulo.

2. Cantarás en clase

Las canciones que se utilizan en la clase de Zumba son una especie de religión. El tiempo que están activas es casi obligatorio cantar o tararear mientras bailas. Si además se trata de algún éxito radiofónico del momento, los coros en clase están garantizados.

3. Te sabrás las coreografías

Uno de los retos de la clase de Zumba es ser capaz de recordar los pasos y las coreografías. Los alumnos viciados son capaces incluso de corregir al instructor cuando se le escapa un movimiento. Las primeras filas suelen estar plagadas de fanáticos que se saben la clase de arriba abajo.

Clase de Zumba
Clase de Zumba | iStock

4. Harás el Beto 7 con los ojos cerrados

El Beto 7 es una combinación de movimientos de brazos a la que da nombre Beto Pérez, creador de Zumba. Cualquier instructor que se precie intentará que sus alumnos sean capaces de realizarla con los ojos cerrados, aunque no es precisamente fácil.

5. Sabrás que la Nutella no engorda

Si cuando el profe desde la tarima grita Nutella y tú no piensas en esa deliciosa crema de chocolate, llevas un tiempo haciendo Zumba. Nutella es un movimiento de brazos que recuerda a untar el pan y que suele ser un paso recurrente en las coreografías.

6. Te motivarán los gritos

En general, los instructores de Zumba son gritones. Tal vez al principio te asuste tanta motivación sonora, pero te terminarás acostumbrando. Es más, los gritos, las palmas e incluso las invitaciones a cantar en alto forman parte de la fiesta.

7. Harás horas extra

Cuando uno es adicto a la Zumba las clases no bastan. Te harás un fanático y te enterarás de cuándo y dónde hay convenciones, congresos o master class para no perderte una. Asistirás a eventos temáticos y aprovecharás cualquier oportunidad para tomar clase con instructores de otros países.

8. Tendrás ropa temática

La ropa de Zumba es característica de los aficionados de alto grado. Camisetas, mallas, zapatillas, pulseras, pañuelos con los logos oficiales, si tienes alguna prenda es que estás muy enganchado.

9. Buscarás la música de clase

Tanto escuchar las canciones en clase, esos temas te cambiarán el estado de ánimo inmediatamente y por eso las buscarás, las descargarás y las escucharás siempre que puedas fuera de la clase.

10. Harás las coreografías en bodas, bautizos y comuniones

Cualquier alumno aventajado de Zumba que se precie aprovechará esa fiesta, discoteca, reunión o evento para mostrar sus dotes coreográficas repitiendo los movimientos de clase si suena esa canción que te da subidón y te sabes de memoria.

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