De todos es sabido que la actividad física contribuye a mantener sanas y fuertes nuestras articulaciones y músculos y que, además, alarga la vida de nuestro corazón y mantiene estable nuestra presión arterial. Si a todo eso le sumamos el chute de endorfinas que hace que estemos de mejor humor, ¿quién no querría hacer deporte?

Pues si eres hombre y llevas una vida sedentaria o sufres de sobrepeso, quizá este nuevo motivo podría hacer que te levantaras del sofá. Un reciente estudio titulado “Physical Activity to Improve Erectile Function: A Systematic Review of Intervention Studies” ha llegado a la conclusión de que los hombres que no realizan ninguna actividad física y sufren de hipertensión o problemas del corazón tienden a sufrir los indeseables efectos de la disfunción eréctil.

“Ya no hace falta que vayan al psicólogo o a terapia de pareja. Ahora, hemos demostrado que el ejercicio puede prevenir los problemas de erección o mitigarlos si es que ya han comenzado”, asegura la autora principal Helle Nygaard Gerbild del Instituto de Salud Pública de la ‘University of Southern Denmark’. “Pero, ¿cómo?”, te estarás preguntando. Pues de la siguiente manera.

Cuanto más ejercicio, mejor (pero de alta intensidad)

Lo sentimos, pero en Dinamarca quieren que te quedes sin aliento. No vale con hacer actividades de intensidad moderada, como por ejemplo dar un paseo. No. Como bien indican en el estudio, “para que el ejercicio físico sea efectivo en este caso debe dejarte sin respiración y sudando”. Montar en bicicleta, correr, clases de boxeo, ‘spinning’, ‘power walking’ o incluso nadar pueden ser tus aliados. Según dicho estudio, cuanto más ejercicio hagas mayor será el efecto y su efectividad aumentará cuanta más intensidad pongas en su realización.

¿Y qué tiene que ver esto con la disfunción eréctil? Pues que la actividad física hace que los vasos sanguíneos sean más elásticos, permitiendo que fluya más sangre a los órganos sexuales. No solo eso. Además, el ejercicio físico estimula la producción de óxido de nitrógeno del cuerpo, permitiendo que los vasos sanguíneos se expandan. Y esto es, señores, lo que en esencia hace la popular pastillita azul, ‘Viagra’. Por lo que tú decides si seguir tomando un medicamento o imitar sus efectos de manera natural, aunque con un poco de esfuerzo físico (nadie dijo que fuera fácil).

De hecho, tanto la autora como sus colaboradores coinciden al afirmar que “dado que la actividad física mejora el flujo a través de los vasos sanguíneos y esto hace que mejore la disfunción eréctil, los médicos deberían plantearse recetar ejercicio como tratamiento y dejar un poco de lado la química”.

¿Cuándo notarás los efectos?

La pregunta del millón y la que también se hizo la autora de esta investigación cuando la comenzó. “Podemos decir que nuestra recomendación en realizar 40 minutos de ejercicio de alta intensidad, cuatro veces por semana y durante un período de seis meses”. Eso sí, no vale dejarlo porque si no volverás de nuevo al punto de partida.

Pide ayuda

Parecerá una tontería, pero no lo es. Dado que la disfunción eréctil suele aparecer a edades en las que ya no tenemos la motivación o las fuerzas de enfrentarnos a un entrenamiento casi diario, lo mejor es que contemos con un ‘personal trainer’: “Se recomienda crear una rutina de ejercicios que esté supervisada por un profesional para adaptarla a nuestro ritmo de vida y nuestras necesidades, además de mantener alta nuestra motivación”.

Dato curioso es que este estudio ha comprobado que los hombres que solo siguieron los consejos de su médico (cuando iban a las revisiones) no consiguieron crear el hábito de hacer ejercicio. Por lo tanto, la figura de un ‘coach’ o un entrenador personal es fundamental. ¿No tienes dinero suficiente para permitirte este lujo? “Apuntarse a equipos deportivos de fútbol, ciclismo, boxeo o running ayudó a muchos de los chicos que participaron en nuestro estudio y, a día de hoy, estos clubes se han convertido en parte fundamental de su éxito”.