Fantástico. Ha llegado el verano y tu operación bikini debería llamarse más bien operación saco de patatas. Te toca embutirte en tu traje de baño y demostrar al universo lo poco constante que has sido en tu objetivo de llevar una alimentación sana y una vida saludable haciendo deporte a menudo…

“Es que es mucho más difícil de lo que esperaba”, te disculparás ante el mundo. Pues te equivocas. ¿Y si te dijéramos que sólo necesitas 15 minutos al día para ponerte en forma? Probablemente se te ocurran más excusas pensando en tediosas e interminables tablas de abdominales y sentadillas. Una vez más, te confundes. Puedes perder peso en poco tiempo y pasártelo bien.Toma nota.

1. Aprende a cocinar. Ni pizzas ni hamburguesas, preparar tus propios platos saludables te ayudará a ocupar un valioso tiempo que emplearías en el nefasto picoteo y a aprender a cuidar de tu alimentación (sí, te recordamos que es un paso básico si quieres perder peso).

Familiarízate con las frutas y verduras que solo eres capaz de visualizar hervidas o como guarnición colorida de un grasiento chuletón y dedica un cuarto de hora al día a cocinar tus saludables menús veraniegos. Reducirás la pesadez después de comer y, entre innovación culinaria e innovación culinaria, conseguirás adelgazar.

2. Muévete (sin más). Sí, lo del aire acondicionado es un plus, pero la sensación de que vas a empezar a hervir al sentarte al volante de tu coche o al meterte en un autobús atestado de gente sudorosa que emana calor tampoco es que sea muy agradable.

Ya lo dice la canción: muévete (sin más). Si aprovechas las largas horas de luz para moverte en bicicleta o ir andando a donde quiera que vayas para huir del calor, no sólo te ahorrarás atascos, respetarás el medio ambiente y disfrutarás de un rato de relax, que también; quemarás unas calorías adicionales que irán dando forma a tu figura. Una forma bastante más diferente a la de morcilla de Burgos que mantienes ahora mismo. Recuerda que en 15 minutos de bici habrás perdido hasta 128 calorías.

3. Tupperízate. Lo de comer fuera se acabó. Por mucho que creas que estás ahorrando pimplándote a diario ese grasiento y poco económico menú, llevarte tu propia comida de casa te ahorrará un montón de calorías (y dinero). Prepararlo apenas te llevará unos quince minutos.

Un pequeño paso para tus alocados horarios, pero un gran paso para tu desbordante cintura. Solo ten en cuenta una pequeña advertencia: si tu plato lleva algo de tomate -especialmente frito-, opta por el tupper de vidrio o tendrás que invertir algo más de 15 minutos en intentar eliminar los restos de la tartera. Un quehacer mínimamente divertido.

4. Utiliza el comodín de la llamada. Si te aburres entre horas y de lo único que tienes ganas es de arrasar con la nevera, ¡Detente! Coge el teléfono y llama a un amigo. Y es que quién tiene un amigo, tiene un tesoro. Y también una distracción. Habla con esa persona e incluso queda para dar un paseo y marujear, en menos de 15 minutos se te habrá ido de la cabeza la idea de plantarte frente al televisor con un buen bol de patatas fritas.

5. Meditación para adelgazar. Deja de darle vueltas a los trucos que puedes poner en práctica para perder peso y no hagas nada. Cómo lo lees. Los expertos en salud aseguran que un momento de relax y meditación ayuda a frenar la producción de cortisol, la temida hormona del estrés responsable en gran medida de que no consigas bajar ni 200 gramos de peso. Disminuir tu actividad durante 15 minutos, respirar hondo y meditar; hará que tu cuerpo esté más relajado aniquilando tus ganas de comer compulsivamente.

6. Si yo tuviera una escoba, cuánta grasa perdería. Aquella canción de cuyo estribillo no quieres acordarte, olvidaba mencionar que si tuvieses a mano una escoba -fregona, aspirador, mopa o sucedáneo- podrías deshacerte de unas cuantas calorías. En 15 minutos puedes llegar a quemar, 25 calorías quitando el polvo, 45 pasando el aspirador y hasta 100 calorías fregando la bañera.

¿Que esto no es divertido? Ponte un poco de música y mueve las caderas mientras limpias: el combo perfecto.

7. Bailar: La forma más divertida de perder peso. Puedes ir a un gimnasio a hacer aerobic o zumba, o también puedes darlo todo en verbenas, festivales o conciertos veraniegos. ¿Que tienes cero ritmo? Piénsalo así: dejar atrás esos kilos de más nunca fue tan sencillo y divertido como dejarte llevar -cómo sea que tu cuerpo decida- por la música. Si se calcula que puedes perder hasta 500 calorías con una sola hora de baile, imagínate todo un fin de semana botando al ritmo de tus artistas favoritos.

8. Bricolaje: manualidades para quemar calorías. No es coña: actividades de bricolaje como cambiar una bombilla o arreglar las plantas, pueden hacerte perder calorías. Un par de ejemplos: el movimiento repetitivo de los brazos al usar el martillo, te servirá para fortalecer los bíceps como si estuvieses en una sesión de pesas o agacharte reiteradamente para regar tus macetas el equivalente a sentadillas. No, si resulta que montar un mueble de Ikea puede ser como una sesión de GAP.

9. Sólo estar durmiendo es mejor que estar dormido. Dormir bien es sinónimo de buena salud. Lo sabes: los expertos aconsejan dormir 7 y 9 horas al día, pero tú como que te sigues haciendo el loco, y esto solo se traduce en cansancio, mal humor y, ojito, cúmulo de grasas. Las personas que duermen menos horas pueden llegar a ingerir hasta 300 calorías más en el día que el resto. Recomendación: fuerzate a estar “15 minutitos más” en la cama. El más placentero de los ‘castigos’ que te ayudará a rebajar tu cintura.