Que después de una sesión de yoga, Tai Chi o meditación uno se queda más relajado, no parece nada nuevo, ahora bien, si te decimos que según un estudio de la Universidad de Coventry (Reino Unido) este tipo de disciplinas orientales llegan incluso a influir en nuestros genes, ¿cómo te quedas? Pues según la investigación, este tipo de ejercicios cuerpo/mente pueden revertir el efecto que algunas enfermedades han causado en nuestros genes.

De este modo, según explica Ivana Buric, directora del informe publicado en la revista Frontiers in Immunology, los beneficios que generan disciplinas como el yoga “se inician a un nivel molecular y pueden cambiar la manera en la que funciona nuestro código genético”.

Pero, ¿qué es lo que cambian? Pues al parecer actúan revirtiendo la inflamación que provoca el estrés en nuestros genes y que a la larga puede conducir a enfermedades como depresión, cáncer, envejecimiento acelerado...

Veamos cómo funciona: por raro que parezca, el estrés es una reacción necesaria y normal en nuestra vida debido a que nos proporciona la energía necesaria para enfrentarnos a diferentes situaciones de riesgo.

Su 'funcionamiento' es sencillo, cuando una persona se encuentra expuesta a una situación que le estresa, su sistema nervioso simpático se dispara, lo que da lugar a un incremento de la producción del denominado ‘factor nuclear kappa B’ (NF-κB) que regula la forma en que se expresan lo genes.

Así, éste lo que hace es que en una situación de estrés activa una proteína llamada ‘citoquinas’ que promueve la inflamación celular. Hasta aquí ningún problema en el caso de que ésto se produzca en un breve espacio de tiempo, las complicaciones llegan cuando el estrés se prolonga en un largo plazo ya que puede resultar nocivo para nuestra salud.

Sin embargo, según el reciente informe, en las personas que practican disciplinas como el yoga, el Tai-chi o la meditación, se observa una menor producción de NF-κB y de citoquinas, lo que se traduce en una reducción del riesgo de sufrir enfermedades asociadas a esta inflamación. “Las intervenciones mente/cuerpo causan que nuestros cerebros dirijan los procesos de nuestro ADN hacia una vía que mejora nuestro bienestar”, subraya Ivana Buric.

Para llegar a esta conclusión, los autores tuvieron en cuenta 18 estudios en los que participaron 846 voluntarios en los que se evaluó el efecto sobre nuestros genes de estas disciplinas que ponen en juego tanto el cuerpo como la mente.

“Necesitamos comprender mejor los efectos de las intervenciones mente/cuerpo”, señala la investigadora. “No obstante, nuestro trabajo pone una base importante para las futuras investigaciones sobre los beneficios de estas actividades que son cada vez más populares”.