¿Pero hay algo que podamos tomar para no pasar hambre durante la operación bikini?

La respuesta más rápida que puedo darte es que no. El hambre es un síntoma que incluye demasiados aspectos y procesos, que no pueden ser controlados con una pastilla o alimento mágico.

Nuestro cerebro y el sistema nervioso, nuestro sistema endocrino, y procesos en nuestro tracto digestivo funcionan en conjunto para regular el apetito.

Por otro lado, el apetito también se ve influido por nuestra experiencia personal. Lo que vemos, olemos, e imaginamos, pueden afectar al hambre que puedas tener. Además, si estás deprimido, con ansiedad, o eufórico, también puede alterar las ganas de comer que tengas.

En los últimos años, se ha investigado mucho todo lo relacionado con el apetito, pero sobre todo en una cosa en concreto: las dietas de baja densidad energética. O, lo que es lo mismo, dietas de pocas calorías.

La parte curiosa de este tipo de dietas, es que sí pueden acabar reduciendo el apetito, pero eso sí, deben estar asociadas siempre a una ingesta de alimentos de gran calidad y valor nutricional para no tener carencias.

Hay evidencias de que este tipo de dietas pueden regular la velocidad de la digestión, lo que suele asociarse con la saciedad. Y continuando con esto, debo decir que la saciedad se considera el momento en el que acabamos de terminar de comer y el que pasa hasta que nuestro cuerpo nos vuelve a pedir comer. Entonces es fácil deducir que si ese momento de saciedad es el óptimo, podremos adelgazar.

Ahora bien, para diseñar este tipo de dietas no vale sólo con reducir las calorías y listo. El primer paso sería reducir la cantidad de grasas que ingerimos, ya que este nutriente es el que más calorías aporta (9 por cada gramo). Aún así debes tener en cuenta que sí debes reducir las grasas malas (fritos, grasas hidrogenadas, aceites refinados, etc.) pero no las saludables (mariscos, pescados, aguacates, etc.), que son muy ricas en ácidos grasos Omega 3.

El segundo paso pasaría por aumentar el consumo de frutas y verduras. Esto es porque estos alimentos tienen muy pocas calorías.

Finalmente, el tercer escalón sería beber más agua, pero no como crees. Está claro que el agua es el alimento que menos calorías aporta, pero lo ideal es que lo añadas a tus recetas (sopas, cremas, etc.) en lugar de tomarla por separado.

Esto no quiere decir que dejes de beber agua. Pero sí que deberías considerar recetas ricas en agua en este tipo de dieta.

El último aspecto a tener en cuenta son los alimentos enteros. Con esto quiero decir que los resultados van a ser mejores si te comes una manzana o una naranja, en lugar de su jugo o zumo.

En resumen, no hay alimentos mágicos que te hagan no pasar hambre. Pero con una dieta equilibrada y baja en calorías, podrás acercarte a tu objetivo de estar más delgada, con menos sufrimiento.