Cuando se acerca el verano son muchos los que deciden poner a régimen su organismo para deshacerse de esos kilos de más que afearán las fotos de las vacaciones. Los excesos que acumulamos durante la Navidad se suman a los que posteriormente hicimos con las torrijas de Semana Santa y no hay blog de nutrición que no trate el tema de las dietas entre sus contenidos.

Una de las últimas que han tomado presencia es la conocida como ‘dieta Cambridge’, un método para adelgazar con el que se pierde peso de manera muy rápida a costa de lo que algunos consideran como un importante riesgo para la salud. En términos generales, lo que propone este plan alimenticio es elegir entre seis fases distintas que restringen la ingesta calórica desde las 415 calorías hasta las 1500. En función de la necesidad de adelgazamiento, la persona que la realiza opta por una u otra.

Además, no hay ninguna tabla que establezca los platos que se deben consumir en el desayuno, la comida, la merienda o la cena. Lo que propone la ‘dieta Cambridge’ es la sustitución de las comidas por una serie de productos con un precio desde 2,30 euros/comida que dejan los alimentos relegados al olvido hasta que, poco a poco, se van volviendo a introducir en el menú diario.

 

Esto, de por sí, puede resultar perjudicial para el organismo al no ‘trabajar’ de la manera en la que está programado. Además, a estos riesgos que pueden adquirir distinto nivel de gravedad se añaden inconvenientes como el mal aliento, la sequedad bucal, los mareos, el cansancio continuado o el estreñimiento –el intestino no recibe fibra y, por eso, las deposiciones se dificultan–.

La ‘dieta Cambridge’ propone la pérdida de kilos en estadios. En el primero de ellos solo se introducen en el organismo sustitutivos de la comida por valor de 415 calorías y, poco a poco, se van añadiendo más hasta completar un total de 1500. Cuando se llega a ese punto, el sistema debe ser revisado para adaptarse a cada persona y de esta manera determinar qué comer para no engordar y mantenerse en el peso deseado.

 

“Las fases más altas ofrecen una pérdida de peso más gradual [se ingieren más calorías] y son ideales para aquellos que quieran estabilizar su peso incrementando de forma gradual la ingestión de alimentos convencionales”, dicen desde ‘Cambridge Plan de Peso’.

Los orígenes de la ‘dieta Cambridge’

Esta forma de perder peso fue impulsada en los años 70 por el doctor Alan Howard, de la Universidad de Cambridge, y poco a poco fue ganando adeptos que se sumaban al consumo de sus productos sustitutivos de comidas atraídos por la rapidez con la que se lograban los objetivos. En este sentido, cabe recordar que quitarse kilos con gran rapidez puede solucionar el problema del sobrepeso pero también derivar en otros como estrías o flacidez en zonas críticas del cuerpo –mofletes, antebrazos, etc.–.

Desde su creación, esta dieta ha ido sumando seguidores y actualmente se puede encontrar en internet la llamada ‘Cambridge Plan de Peso’. En esta página web se informa a los usuarios de dónde encontrar asesores para llevar a cabo la dieta o incluso se da la posibilidad de convertirse en asesor.

“Nuestra deliciosa selección de sopas, cremas, barritas y batidos ‘Listos para Beber’ se pueden usar como única fuente de alimentación o bien se pueden combinar con comida convencional para una pérdida y gestión de peso más gradual”, puede leerse en esta página, que continúa: “Nuestros programas son nutricionalmente equilibrados”.

 

Recuerda que cualquier dieta que suponga la ingesta de menos de 1000 calorías al día debe contar con la supervisión médica necesaria para no poner en riesgo la salud. La mera existencia del ser humano conlleva un desgaste de calorías que no se supliría consumiendo la cantidad inicial propuesta por la ‘dieta Cambridge’, por lo que la vigilancia de un experto resulta esencial.