En los tiempos que corren, donde el llamado Big Data y la minería de datos son cada vez más importantes en nuestras vidas, los números también son importantes a la hora de perder peso. Lo son en la medida que, en ocasiones, hasta nos obsesionamos con los resultados que va arrojando la báscula durante nuestra dieta. Y lo son porque, como demostró Paul Smalera, se puede adelgazar llevando a cabo un exhaustivo seguimiento de los datos.

Lo que hizo este editor del portal americano Quartz fue, simplemente, llevar el registro de todos los números relacionados con el peso, la masa muscular, el agua corporal y la grasa corporal en una tabla de Excel, desde la que podía estudiar la evolución que se estaba produciendo en su organismo.

Este seguimiento durante cuatro años se puede ver en el Excel que ha dejado publicado con su recorrido y, en ese tiempo, Smalera se dio cuenta de que, efectivamente, comía demasiada carne diariamente y, además, optó por hacer caso omiso a la recomendación de comer cinco veces al día para evitar la ansiedad, haciéndolo únicamente cuando sentía ganas de comer.

Otra de las revelaciones que tuvo Smalera durante este periplo de cuatro años es que el deporte es beneficioso para la salud y el organismo y que, sin embargo, para el objetivo de perder peso a veces no es tan bueno. Tiene todo el sentido del mundo, y es que Smalera entrenó duro para prepararse la Maratón de Nueva York de 2011 y, al ganar masa muscular, su peso dejó de disminuir, aunque por dentro se sentía mucho mejor.

Durante esos cuatro años, siguió apuntando diariamente su peso en la tabla de Excel. Según indica, esto le sirvió para evitar caer en la falta de motivación por ver cómo iba disminuyendo el peso muy poco a poco. Al estudiar los parámetros que iba recogiendo podía ver cómo, efectivamente había una evolución y un descenso de peso, lo que le ayudaba a seguir hacia adelante.

Al final, Smalera consiguió su objetivo. Si al principio de este reto pesaba casi 110 kilos, cuando lo finalizó su peso rondaba los 82. Casi 30 kilos en cuatro años, gracias al seguimiento de los datos, el esfuerzo y el cambio de algún pequeño hábito.