Estamos en esa época en el que sales a la calle y te pones capas de ropa cuál cebolla para combatir el frío. Después coges el transporte público y la temperatura sube haciéndote sudar. Te abrigas y te desabrigas varias veces y así en bucle durante días.

El resultado de todo esto suele traducirse en un buen resfriado, y lo sabes. ¿Cómo puedes librarte de él? Probablemente la comida no sea lo primero que te viene a la cabeza, pero ya te advertimos que hay alimentos que por nada del mundo deberías comer cuando estás enfermo. Táchalos de la lista de la compra porque si no te pondrás peor seguro.

1. El café: evítalo sí o sí. Si te has puesto malo y tu adicción a la cafeína te llama, intenta evitarlo por todos los medios. El café es diurético, lo que quiere decir que tendrás ganas de miccionar en exceso lo que puede llevarte quedarte sin líquidos... Mal. Cuando estás combatiendo un virus lo mejor es mantenerse hidratado para ayudar al sistema inmunológico a trabajar más eficazmente.

2. Refrescos con gas: cámbialos por bebidas sin azúcar. Con los refrescos pasa como con el café, hacen que te deshidrates. Cuando estás resfriado necesitas que tu sistema inmunológico esté más fuerte y pueda combatir ese catarro que te tiene encamado.

Si no quieres beber agua sin parar puedes combinarla con otras bebidas como las deportivas o bebidas con electrolitos rehidratantes, pero evita las gaseosas y azucaradas o tendrás la boca tan seca como el organismo.

3. Leche: congestión nasal asegurada. El consejo de algunos de “un vaso de leche y a dormir” no es del todo bueno si estás resfriado. Algunas personas aseguran que su congestión por causa de la mucosidad empeora y que sus flemas son más espesas, ¿te ha pasado? De ser así, lo mejor es que reduzcas la leche y derivados para recuperar cuanto antes tu respiración normal.

4. Comida rápida: una digestión muy pesada. Si el resfriado te está afectando también al estómago y cada vez que toses parece que fueses a echar las tripas –mira que exageras–, no comas fritos o cualquier tipo de comida rápida.

Estos alimentos sólo conseguirán que te pongas peor, son más pesados a la hora de hacer la digestión, aumentando las náuseas y provocando reflujo ácido. Deja las hamburguesas para otro momento. De verdad que cuando estés recuperado los puestos de comida basura seguirán ahí.

Comedor compulsivo frente a una hamburguesa
Comedor compulsivo frente a una hamburguesa | Agencias

5. Comida picante: no vas a dar abasto con los pañuelos de papel. Algunas salsas o alimentos tan conocidos como el chile contienen capsaicina, el compuesto que produce ese picor en la boca que te hace salivar como si no hubiese un mañana.

Y te preguntarás… ¿y qué pasa con este compuesto? Lo que ocurre es que puede irritar tus orificios nasales provocando una secreción nasal abundante. Para que nos entendamos: puede ser la responsable de que andes moqueando todo el rato.

6. Los dulces: olvídate de ellos si quieres salir de la cama. Estás en la cama termómetro en mano y lo único que puede animarte es una tableta de chocolate. Pero, ojo, mejor no lo hagas. Saca de tu dieta los dulces porque el azúcar hará que te sientas peor.

Los glóbulos blancos suprimen su capacidad para combatir a las bacterias. ¿Resultado? Tanto tú como tu resfriado os habréis dado un delicioso atracón a chocolate.

7. Zumo de naranja: fatal para la garganta. Tiene vitaminas y la mayoría de zumos de frutas son totalmente recomendables, pero, aunque no lo hayas pensado nunca, no son nada agradables si tienes la garganta irritada. Las bebidas ácidas como los zumos de limón o naranja resultan molestos a la hora de tener que tragarlos y lo único que conseguirás es aumentar tu dolor de garganta.

Alcohol
Alcohol | Pixabay

8. Bebidas alcohólicas: deshidratación en nivel alto. ¿Lo recuerdas? El alcohol es una de las bebidas que más deshidratan con diferencia. Bastante tienes con que el resfriado ya te provoca este síntoma como para incrementarlo bebiendo alcohol. Si no quieres pasarte en la cama más tiempo del debido evita empinar el codo y deja a tu sistema inmunológico luchar contra el resfriado sin resacas de por medio.