La Fundación Nacional del Sueño recomienda dormir de siete a nueve horas en adultos (todo sea por recomendar…), mientras que tan solo un tercio de nosotros llega a las seis horas de sueño diarias. Aún así, si quieres algunos motivos que te hagan acostarte antes para poder adelgazar, aquí te dejo algunos.

Mantiene tus hormonas del hambre controladas

Para poder entender cómo influye dormir bien en el apetito, es importante que sepas cómo funcionan las hormonas del hambre (leptina y grelina). La leptina es una hormona que manda señales al cerebro de que ya estás lleno. También ayuda al organismo a mantener un peso saludable decidiendo cómo utilizar la energía. Por otro lado, la grelina es la hormona que dice que tenemos que comer; nos dice que tenemos que dejar de quemar energía para almacenarla.

Por lo tanto, estar descansado dan una oportunidad a estas hormonas para resetearse para que todo funcione correctamente a la mañana siguiente.

Deja el estrés en la almohada

Cuando te quedas despierto hasta tarde, tus niveles de cortisol se disparan. ¿Qué qué es el cortisol? Sencillamente es la hormona del estrés que ayuda a controlar el azúcar en sangre y las funciones metabólicas. Unos niveles elevados de esta hormona le dicen a tu cerebro que necesitas más energía para poder con todo. Como resultado, tienes más hambre de energía inmediata, es decir, de dulces y picoteos varios nada saludables. ¿Te suena?

Le dice a tu nivel de azúcar quién es el que manda

La insulina es otra hormona con un gran papel en los cambios de peso. Se encarga de moderar los niveles de azúcar en sangre, y transporta la glucosa desde la sangre a las células, el hígado y otros órganos. A medida que dormimos menos, nos hacemos más resistentes a la insulina porque nuestro cuerpo no es capaz de usar esta hormona eficazmente.

En resumen, dormir bien ayuda a tu cuerpo a tener niveles normales de insulina, haciendo que la glucosa se procese eficazmente y no se almacene en forma de grasa.

Te hace quemar más calorías

Si eres de los que se levanta antes para salir a correr, estás de suerte. Y esto es así porque a primera hora de la mañana puedes acelerar más tu metabolismo, que entrenando a otras horas. Sin embargo, si eres de los que entrena al atardecer, después de trabajar, entonces se recomienda hacerlo de dos a tres horas antes de acostarte, para que el entrenamiento no interfiera en tus horas de sueño.

Resetea tu cuerpo

Mientras duermes estás ayunando y tu cuerpo está en reposo, cargando las pilas y preparándose para el día siguiente. Seguro que alguna vez te has pesado recién levantado y has visto como la báscula marcaba algunos gramos menos, ¿verdad?

Esto es porque por la mañana, toda la comida y bebida se ha absorbido en el sistema. Es más, mientras respiramos por la noche, perdemos aproximadamente un litro de agua. De ahí que la báscula se haya vuelto nuestra amiga de pronto. Que por otro lado, es el momento óptimo para pesarnos ya que estaremos averiguando nuestro peso con las reservas vacías, y no dependiendo de lo que hayamos estado comiendo durante el día.